Te extraño papá

 Tomado de: Esto no es casualidad

Oraciones para reflexionar

Por María Lozano

Lo extraño Señor, sí, Tú sabes que lo extraño, extraño esos momentos en donde disfrutábamos juntos en familia.
Como quisiera poder tenerlo, abrazarlo aunque sea un momento y si me lo permitieras, también contarle lo que estoy sintiendo.
El era mi refugio, el que con solo una mirada cambiaba mi mundo, era mi amigo, el que me entendía aún sin decir una palabra.
Aunque sé que todo pasa por algo, a veces no entiendo por qué tuvo que irse, por qué tuvo que dejarme, porque sin avisar me dejó sin poder abrazarlo..

Prospera en la tierra de tu aflicción

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Al primero lo llamó Manasés, porque dijo: «Dios ha hecho que me olvide de todos mis problemas, y de mi casa paterna». Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: «Dios me ha hecho fecundo en esta tierra donde he sufrido».

(Génesis 41:51-52)
La historia de José, el hijo de Jacob que fue gobernador de Egipto, es bastante conocida y hasta ha servido como tema para películas, series, dibujos animados y libros. A pesar de su popularidad lo que muchos olvidan es que la historia de José no habría sido la misma si él no hubiera confiado en el Señor. Con seguridad, la vida del "príncipe de Egipto" habría sido una gran desgracia sin la presencia del Dios verdadero. Tanto sufrimiento y agonía le habrían hecho desistir de todo..

Indigencias

 Tomado de: Entre café y libros

Por María Lozano

Como pidiendo posada, con su mirada triste y su caminar lento, muy lento, así iba por la calle el señor Jaimez, ese indigente que alguna vez fue un perito de las letras.
De aspecto insolente, pero de corazón benevolente, barbudo, y cabello cano, despeinado y despreocupado, siempre de traje, sin corbata, ni calcetines, zapato bostoniano muy gastado.
Con una identidad perdida como su destino.
No sabía jamás que le depararía el día, caminaba, no paraba y tampoco sabía dónde dormiría y mucho menos si iba a comer algo..

La cosecha misteriosa

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Mateo 13:24-26
Esta parábola trata también de la siembra. Pero la siembra es diferente de la que se menciona en la parábola del sembrador. Allí, la semilla era la Palabra de Dios. Pero en esta parábola la semilla no es la Palabra de Dios; es lo que Jesús llama, en el verso 37, los hijos del reino. Estas personas están puestas donde Dios quiere que estén, en el mundo. Dondequiera que estés, como hijo de Dios, has sido puesto ahí por el Señor Jesús. Es muy importante entender que Él te ha sembrado y te ha puesto donde estás. El campo es el mundo. En ese mundo de humanidad el Señor Jesús ha esparcido a los Suyos..

La poesía, como amparo de la belleza

 Tomado de: Entre café y libros

Por María lozano

Ante una sociedad descompuesta
y de crisis personales,
indago lo que le ocurre al mundo.
Evidentemente es, la falta de romance.
Los malos siempre serán los otros.
Todo queda a la deriva.
Siempre escribo en soledad acompañada.
Un café, un libro y tú en mi mente..

Lo que no logro ver

 Tomado de: Esto no es casualidad

Oraciones para reflexionar

Por María Lozano

Ábreme los ojos Señor,
quítame la ceguera,
permíteme ver,
lo que quieres que yo vea.
Sé que en muchas ocasiones,
por estar pidiendo por otras cosas
he perdido las bendiciones,
que desbordaran mis emociones.
No quiero estar insistiendo,
en algo que no tienes para mí,
no quiero estar pidiendo,
en lo que nunca se ha de cumplir.
Quiero ver lo que Tú ves,
quiero enfocarme en lo que sí ha de ser,
quiero tener la tranquilidad,
de estar pidiendo en Tu voluntad..

En memoria de nuestras abuelas

 Tomado de: Angeles Fuentes ( Tomado del blog de Gaby Alvarado

Por María Lozano

"El primer propósito del delantal de la abuela era proteger la ropa debajo, pero además sirvió como un guante para sacar la bandeja del horno, secaba las lágrimas de los niños y, en ocasiones, limpiaba sus caras sucias.
Desde el gallinero, el delantal se usó para transportar los huevos y, a veces, los pollitos..

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