ÚNICO EN SU CLASE

Tomado de: Gracia para todo momento
Max lucado
Por María Lozano





 Tú formaste mis entrañas:
tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Salmo 139:11


En mi ropero cuelga un suéter que rara vez uso. Es demasiado pequeño. Debería deshacerme de ese suéter…pero el amor no me lo permite.
Es producto de la expresión de amor de una madre devota. Cada hebra fue escogida con cuidado.
Cada hilo seleccionado con afecto. Es valioso no por su función, sino por su creadora.
Eso debe haber sido lo que el salmista tenía en mente cuando escribió  “tú me hiciste en el vientre de mi madre”
Piensa en esas palabras. Fuiste tejido como una sola pieza. No eres un accidente, ni fuiste producido en masa. No eres producto de una línea de montaje.
Fuiste planeado deliberadamente, específicamente dotado y colocado amorosamente en esta tierra por el Maestro Artesano. En un sistema que mide el valor de un ser humano por las cifras de su salario o la forma de sus piernas…déjame decirte algo:¡El plan de Jesús es para regocijarse!

El Aplauso del Cielo

Dios, El Origen de toda la Creación

Tomado de:Maná para cada día (devocionales para aprender a orar)
 Por María Lozano



“Pero buscad primero su reino y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”
(Mateo 6:33).


Para que los milagros se produzcan en nuestra vida, primero debemos creer que Dios es el origen de toda la creación.
Aunque estamos viviendo en la tierra, debemos saber que nuestro origen está en el cielo. Está escrito en la Biblia: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”(Mateo 4:4).
Debemos darnos cuenta profundamente de que Dios creó todas las cosas, y que las respuestas a la oración vienen de Él, quien es el origen de nuestra vida. Confirmar este hecho es el primer paso para experimentar milagros,
David, quien recibió bendiciones especiales de Dios, fue uno de los que experimentó muchos milagros. Él confesó en el Salmo 23:1: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”…
No dijo: “Puesto que vivo por el ingreso de mi prado, el prado es mi pastor”.. Como sabía que Dios era el origen de toda la creación y que las respuestas a sus oraciones venían solo del Señor, confiadamente confesaba que Dios era su pastor. Sobre la base de esta confesión de fe, Dios, el origen de toda la creación, se convirtió en el pastor de David, y este experimentó muchos milagros en su vida.

UN TOQUE DIVINO

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano





 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo:
Quiero, sé limpio.
(Mateo 8:3)

Oh, el poder de un toque divino. ¿Lo has conocido? El doctor que te atendió, o el maestro que enjugó tus lágrimas? ¿Hubo una mano que sostuvo la tuya durante el funeral? ¿O sentiste una mano en el hombro durante el juicio? ¿Un estrechón de manos de bienvenida en un nuevo empleo?
¿Podemos nosotros ofrecer lo mismo?

Muchos ya lo hacen. Algunos tienen el toque maestro del Médico mismo. Usan las manos, escriben cartas, marcan números de teléfono, hornean pasteles. Has aprendido el poder de un toque.
Pero algunos tendemos a olvidar. Nuestro corazón es bueno, es la memoria la que es mala.
Olvidamos cuán significativo puede ser un toque.
¿No nos alegramos de que Jesús no cometió el mismo error?

Como Jesús.  


LA NORMA

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano


En esa voluntad somos santificados mediante la
ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez
para siempre.
(Hebreos 10:10).


Solo los santos verán a Dios. La santidad es un requisito para el cielo. La perfección es un requisito para la eternidad. Desearíamos que no fuese así. Nos comportamos como si no lo fuera. Nuestro comportamiento parece indicar que los que son “decentes” verán a Dios. Nos comportamos como si fuésemos buenos mientras que no hagamos nada malo. Y como si esa bondad bastara para darnos la entrada al cielo.
Esto nos parece bien, pero a Dios no. Y Él es quien establece las normas. La norma es elevada.
“Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. (Mateo 5:48).
Como has de saber, en el plan de Dios. Él es la norma de la perfección. No nos comparemos con otros; ellos están tan errados como nosotros. La meta es ser como Él; cualquier cosa inferior a esa meta es inadecuada.

Todavía Remueve Piedras   

LA CONFESIÓN GENERA PAZ

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano








Bienaventurado aquél cuya trasgresión ha sido perdonada.
Salmo 32:1


Si ya somos perdonados, ¿por qué Jesús nos enseña a orar “perdona nuestras deudas”
Por la misma razón que desearía que tus hijos hicieran lo mismo. Si mis hijos violan una de mis normas o desobedecen una regla, yo no los repudio. Ni los echo de la casa ni les digo que se cambien el apellido. Pero espero que sean sinceros y se disculpen. Y hasta que lo hagan, la ternura de nuestras relaciones sufrirá.
La naturaleza de nuestras relaciones no será alterada, pero si su intimidad.
Lo mismo sucede en nuestro caminar con Dios. La confesión no establece relaciones con Dios, sencillamente las nutre. Si eres creyente, el que reconozcas tu pecado no altera tu posición ante Dios, sino que realza tu paz con Dios.

La Gran  Casa de Dios.   

UNA VIDA CRISTIANA PODEROSA

Tomado de: Maná para cada día (Devocionales para aprender a orar)
Por María Lozano






“Todos fueron llenos del Espíritu Santo”
(Hechos 2:4)

Cuando nacemos de nuevo por creer en Cristo, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Sin embargo, no significa que nuestra vida de fe se  vuelva poderosa. Si un cristiano nacido de nuevo quiere recibir el poder de Dios y vivir una vida poderosa, entonces  debe ser lleno del Espíritu Santo. Este es el bautismo en el  Espíritu Santo.
Los discípulos fueron salvos y nacieron de nuevo antes de que Jesús fuera crucificado. Sin embargo, todavía no habían sido bautizados en el Espíritu Santo, y la autoridad de Dios no les  había sido dada. Por eso, todos huyeron cuando Jesús fue arrestado en el huerto de Getsemaní.
Cuando Jesús murió en la cruz, los discípulos quedaron solos. Pero Cristo resucitó al tercer día, luego se les apareció a ellos y les prometió lo siguiente: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta  los confines de la tierra” (Hechos 1:8).
En otras palabras, cuando usted recibe al Espíritu Santo, es y será capaz de testificar de Cristo hasta los confines de la tierra, aun si eso significara la muerte. Por eso, Jesús ordenó a sus discípulos que no salieran de Jerusalén, hasta que recibieran al Espíritu Santo.
En el día de Pentecostés, de pronto, vino desde el cielo un sonido como de un viento recio que soplaba fuertemente y llenaba toda la casa en donde estaban sentados. Vieron lo que parecía ser lenguas de fuego que se separaban y posaban sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Cuando los discípulos recibieron el Espíritu Santo, ya no fueron más débiles, sino que se transformaron en soldados de fe. Pedro, quien había estado escondido, salió de su escondite y predicó valientemente el Evangelio. En ese día, se arrepintieron y creyeron tres mil personas. En el transcurso de trescientos años, la mayor parte de Europa llegó a ser cristiana.
Cuando nacemos de nuevo, nos  convertimos  en hijos de Dios. Pero no tenemos el poder para trabajar por Jesús hasta la muerte. Sin embargo, cuando somos llenos del Espíritu Santo, recibimos el poder de lo alto el cual sobrepasa el poder humano y llegamos a ser sabios y poderosos, de tal manera que podemos ayudar a  hermanos y hermanas que están a nuestro alrededor a ser lo suficientemente fuertes como para luchar contra el diablo.
Una vida cristiana poderosa y el bautismo en el Espíritu Santo son los dos requerimientos inseparables en la vida de fe.

ESCUCHA SU VOZ

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano





 No te desampararé, ni te dejaré
Hebreos 13.5

 Déjame decirte algo importante. Nunca habrá un momento en que Jesús no hable. Nunca. Nunca existirá un lugar en que Jesús no esté presente. Nunca. Nunca existirá una habitación tan oscura… una sala tan sensual… una oficina tan sofisticada… en que el siempre presente, siempre persuasivo y tierno empedernido Amigo no esté tocando suavemente a la puerta de nuestros corazones… en espera de que lo invitemos a pasar.
Pocos oyen su voz. Menos son los que abren la puerta.
Pero nunca interpretes nuestra insensibilidad como su ausencia. Porque en medio de las pasajeras  promesas del placer está la perdurable promesa de su presencia.
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
No hay coro que cante tan alto que no pueda escucharse la voz de Dios…Si nos decidimos a escuchar.


En el Ojo de la Tormenta..  

PUEDES LLEGAR AL LUGAR QUE DIOS TE TIENE PREPARADO

Tomado de Renuevo de Plenitud
Por María Lozano


“Date cuenta, Israel, que yo envío mi ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que te he preparado.” Éxodo 23:20 (NVI)
Puedes llegar al lugar que Dios te tiene preparado

La historia del pueblo de Israel siempre nos deja enseñanzas. Es notable como Dios se ocupó siempre de acompañarlos. Y nunca los dejaba solos. A diferencia de los demás pueblos de la tierra, ellos recibieron directamente de Dios su constitución nacional, y el legado de las normas con que deberían manejarse en su nación.

Moisés baja del monte con las tablas de la ley, y les muestra al pueblo las normas de Dios. El decálogo divino que les dio al pueblo, es la base de todas las regulaciones y normas de convivencia de todos los pueblos. Lo que Dios resumió en diez normas, lo que cada nación redacta hoy en miles de leyes. Magnifica capacidad de resumen de Dios. Les deja claramente que es lo que esperaba de ellos.

Después de darle al pueblo los 10 mandamientos les deja esta promesa. Dios sabía que para el pueblo era muy difícil cumplir con estas reglas de conducta. Les había marcado el camino, les había dicho por donde debían transitar para tener una vida prospera, íntegra, satisfactoria. Dios sabía que el camino era cuesta arriba, que iban a tener que luchar contra la corriente, como el salmón.

Por eso, porque conocía a su pueblo, Dios les hace esta maravillosa promesa. Les aseguró que iba a mandar a su ángel delante de ellos, Dios estaba queriendo proteger su camino, cuidar sus pasos, guiarlos y sostenerlos para que no se desvíen, y ayudarlos a llegar al lugar que les había preparado.

Cuando Connie aprendió a caminar, y daba sus primeros pasos, nos esforzábamos con Miri para que no se caiga, y apenas tambaleaba, la sosteníamos para que no tropiece. La misma idea es la que Dios nos deja en este texto. El es el Padre eterno, quien ama y cuida a sus hijos.

Pasaron miles de años, desde aquella promesa en el desierto, pero Dios sigue siendo el mismo. Sigue manteniendo sus reglas que no pasan de moda, sigue esperando que las cumplamos. Nos pone un desafío de vivir en contra de la corriente haciendo lo que esta sociedad no hace. Pero no nos deja solos. Nos promete su compañía, su apoyo, su guía, su sostén y su fortaleza. Dios no quiere que tropieces. Seguí su camino, para llegar a un lugar especial y único para vos.

" FIEL ES DIOS EN TODAS SUS PROMESAS

Tomado de Renuevo de Plenitud
Por María Lozano

Cada día una Promesa de Dios para ti, para leer y meditar en ellas, en las diferentes circunstancias de tu vida (ansiedad, soledad, depresión, enfermedad, dolor y también en los éxitos) y a través de ellas él te dará dirección, paz y perspectiva. 
La bendición del perdón
Dios mío,
tu perdón nos llega a todos
como una bendición;
tu perdón borra
nuestros pecados y rebeldías.
 Tú bendices y declaras inocentes,
a los que no actúan con malicia.
Mientras no te confesé mi pecado,
las fuerzas se me fueron acabando
de tanto llorar.
Me castigabas día y noche,
y fui perdiendo fuerzas,
como una flor que se marchita
bajo el calor del sol.
Pero te confesé mi pecado,
y no oculté mi maldad.
Me decidí a reconocer
que había sido rebelde contigo,
y tú, mi Dios, me perdonaste.
Por eso los que te amamos
oramos a ti en momentos de angustia.
Cuando vengan los problemas,
no nos podrán alcanzar.
Tú eres mi refugio;
tú me libras del peligro,
por eso, con voz fuerte,
canto y festejo mi liberación.
Tú me dijiste:
«Yo te voy a instruir;
te voy a enseñar
cómo debes portarte.
Voy a darte buenos consejos
y a cuidar siempre de ti.
Los mulos y los caballos
son tercos y no quieren aprender;
para acercarse a ellos
y poderlos controlar,
hay que ponerles rienda y freno.
¡No seas tú como ellos!»
A los malvados les esperan
muchos sufrimientos,
pero a los que confían en ti
los cubres con tu gran amor.
Ustedes, pueblo de Dios,
¡alábenlo y hagan fiesta!
Y ustedes, los de corazón sincero,
¡canten a Dios con alegría!
Salmos 32:1-11
——————–
Dios hizo todo eso para que lo alabemos por su grande y maravilloso amor. Gracias a su amor, nos dio la salvación por medio de su amado Hijo. 7-8 Por la muerte de Cristo en la cruz, Dios perdonó nuestros pecados y nos liberó de toda culpa.
Efesios 1:6-7

EL VERDADERO CAMINO DE LA VIDA

Tomado de:Maná para cada día (Devocionales para cada día)
Por María Lozano









“Jesús le dijo: Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida; nadie vie-
ne al Padre sino por mí”
(Juan 14:6) 

La vida es un viaje, al experimentar el verdadero camino de la vida. Los hombres de negocios buscan un camino para llegar a ser exitosos, en los negocios, y los estudiantes, para serlo en el mundo académico.
Si es suficientemente afortunado como para estar en la ruta correcta, tendrá éxito; pero si no, fracasará. Mucha gente entra en el camino equivocado, en un camino pedregoso, en un camino espinoso o en un camino escabroso, por lo que llega a lastimarse y a desesperarse. De hecho, es una desdicha perderse en el viaje de la vida.
En la Biblia, hay una historia que habla de una mujer que se perdió en el viaje de la vida.
Un día, Jesús estaba sentado junto a un pozo de agua en Sicar. Una mujer vino a sacar agua. Ella se había divorciado cinco veces y estaba viviendo con un sexto marido, pero su corazón todavía estaba sediento. Sabiendo esto, Jesús fue allí para encontrarse con ella. Él le dijo que podía darle agua para que nunca más volviera a tener sed.
Jesús le dijo que él era el Mesías. La mujer se dio cuenta de que esto era verdad, porque Jesús le dijo claramente todo lo que había hecho en el pasado.
Luego, ella lo aceptó como su Salvador.
Aunque estaba en el camino equivocado y tenía sed, cuando aceptó a Jesucristo como su Salvador, ella fue liberada de su desesperación y de su tristeza, y pudo ver el camino resplandeciente al cielo. Ahora sabía de dónde venía, por qué estaba viviendo y hacia dónde iba. Entonces dejó su cántaro de agua y corrió de regreso a la ciudad. Ella decía a todos los que conocía: ¡Venid ved! ¡Él Mesías ha llegado!
”.
Una mujer desesperada fue transformada y se convirtió en una evangelista que compartía su gozo con otros. Esto le pasó por haber aceptado a Jesucristo, quien es el camino verdadero.
Jesucristo no es un guía en el camino. Él mismo es el camino. Si usted sigue el dinero pensando que ese es el camino, se desilusionará. Entrará en desesperación si sigue los negocios, pensando que es el camino. Será atrapado si sigue a los políticos, creyendo que ese es el camino.
Si usted no acepta a Jesús, su vida es un fracaso, aun cuando parezca ser exitosa. Usted puede seguir el verdadero camino de la vida solo si acepta a Jesucristo en su corazón. Él es el único camino verdadero.          

EL ÚNICO CAMINO

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano




 Yo soy el camino, la verdad y la vida;
Nadie viene al Padre sino por mí.
Juan 14:5


La tolerancia es una virtud valiosa hoy.
Poder ser comprensivos con las personas con quienes no estamos de acuerdo es señal de refinamiento.
Jesús también, fue un campeón de la tolerancia:
-         Fue tolerante con los discípulos cuando dudaban.
-         Fue tolerante con  las multitudes cuando no comprendían.
-         Es tolerante con nosotros cuando caemos.
-         Pero hay algo en que Jesús fue intolerante. Algo en lo que no fue indulgente, sino dogmático.
-         En cuanto a lo que le concierne, cuando se trata de la salvación, no hay varios caminos… hay un solo camino… No hay varias vías…hay una sola vía. Y su vía es Jesús mismo.
-         Por eso es tan difícil que la gente crea en Jesús. Es mucho más fácil considerarlo la opción. Pero tal filosofía no es una opción.

El Trueno Apacible 

LA VIDA CON UNA META

Tomado de: Maná para cada día (devocionales)
Por María Lozano




“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
(Filipenses 4:13)

Es un hecho muy significativo fijar una meta para el día. Establecer un objetivo para el mes, el año y toda una vida hará que nuestra existencia sea abundante y significativa. Es una de las claves para el éxito personal.
La razón por la cual los cristianos no tenemos una vida desquiciada, a diferencia de los que no lo son, es porque poseemos una meta clara para el futuro. Tener una gloriosa meta futura de participar en plenitud del reino de Dios nos hace justos y santos en el presente.
El doctor Maxwell Maltz dijo: “Los seres humanos son seres que se esfuerzan por una meta”. Las personas fueron creadas para buscar constantemente una meta. En consecuencia cualquier persona que no tiene una meta se derrumba psicológica y físicamente, y parece como si estuviera muerta. En otras palabras, no tener un objetivo es igual a tener una vida sin significado.
¿Qué meta deberíamos tener? Deberíamos tener una meta definitiva y eterna. Creer en Jesús y en la vida con Él es meta definitiva y eterna a la que debemos aspirar. Aquellos que no saben de donde vienen, por qué están viviendo ni hacia donde van no saben cuál es su meta definitiva. No pueden experimentar el gozo verdadero, ni aunque ganaran mucho dinero y vivieran en el. Mejor lugar.
Para tener el control de nuestra vida, debemos fijarnos tantas metas terrenales como una meta eterna. Cuando se levanten por la mañana y planifique lo que tiene que hacer en ese día, mes o año, escríbalo en un cuaderno. Enfoque su corazón y sus pensamientos en el programa establecido y llévelo a cabo. Así gastará menos energía y podrá trabajar con mayor efectividad. Como resultado, usted dará un fruto grande y abundante.
  Por lo tanto, si quiere tener el control de la realidad y dar la bienvenida a un mañana glorioso, debe tener una meta eterna de vida en Jesucristo. También debe tener la meta de servir y glorificar a Dios. Basado en estos objetivos, haga planes para cada día. Fije una meta y manténgase en marcha hacia ella. Entonces, será capaz de alcanzar el objetivo predeterminado. Su personalidad y su destino pueden cambiar, si deja brillar siempre en su corazón la luz de una meta clara y vive su vida siguiendo esa luz.   

BALANZAS INCLINADAS

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano



Y de conocer el amor de Cristo, que excede
a todo conocimiento, para que seáis llenos de
la plenitud de Dios.
Efesios 3:19

 No estuvo bien que los clavos hayan perforado las manos que formaron la tierra.
No estuvo bien que el Hijo de Dios fuese obligado a escuchar el silencio de Dios.
No estuvo bien pero ocurrió.
Porque mientras Jesús estaba en la cruz, las manos de Dios quedaron inmóviles. Le dio la espalda.
Desoyó los gritos del inocente.
Se sentó en silencio mientras depositaban los pecados del mundo sobre su Hijo. Y no hizo nada mientras un grito un millón de veces más sangriento ( que el de cualquiera) resonó en el cielo ennegrecido: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado”.
¿Estuvo bien eso? No.
¿Fue eso justo? No
¿Fue eso amor? Sí.

El aplauso del Cielo.

NO DUDE

Tomado de: Maná para cada día (Devocionales para aprender a orar)
Por María Lozano



“Pero que pida con fe, sin dudar, porque el
que duda es semejante a la ola del mar, impulsada
 por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, que recibirá cosa alguna del Señor”
(Santiago 1: 6-7)

¿Cómo podemos vencer las dudas? ¿Cómo podemos estar firmes en la fe cuando las dudas surgen en nosotros?. Podemos vencer las dudas dando gracias a Dios. Las dudas desaparecen cuando agradecemos a Dios y cantamos alabanzas a su nombre. El Salmo 50: 23 declara “El que ofrece sacrificio de acción de gracias me honra; y al que ordena bien su camino, le mostraré la salvación de Dios”.
Para poder experimentar un milagro, no debemos dudar de lo que hemos creído y pedido. Para hacer esto, debemos dar gracias. Después de agradecer debemos esperar, pacientemente para que la voluntad de Dios sea hecha, tal como cuando sembramos la semilla en la primavera para cosechar el fruto en el otoño. Dé gracias en todo. Luego Dios se hará cargo de todo lo demás.
Mientras que las dudas golpean nuestro ser, el agradecimiento sopla vida y energía a nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu. Oro para que usted sea capaz de rechazar toda clase de dudas en su corazón, a través de las ofrendas de agradecimiento a Dios.

EL CORAZÓN QUE ADORA

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano








Venid, adoremos y postrémonos ; arrodillémonos delante de
Jehová nuestro hacedor.
Salmo 95: 6
Adoración. En dos mil años no hemos superado nuestros defectos. Aún luchamos por las palabras adecuadas en la oración. Aún manejamos torpemente las Escrituras. No sabemos cuándo arrodillarnos. No sabemos cuando ponernos de pie.
No sabemos como orar....

TÚ ESTABAS EN SUS ORACIONES

Tomado de: Gracia para todo momento
Max Lucado
Por María Lozano






Y él se apartó de ellos a distancia de un tiro de
piedra; y puesto de rodillas oró.
Lucas 22:41


La oración final de Jesús fue por ti. Su dolor final fue por ti. Su pasión final fue por ti. Antes de ir a la cruz, Jesús fue al huerto. Y cuando habló con su Padre, tú estabas en sus oraciones.
Y Dios no podía darte la espalda. No podía porque Él te vio. Y bastó que te mirara una vez para convencerse. Estabas exactamente en medio de un mundo que no es justo. Te vio caer en un río de la vida que no solicitaste. Te vio traicionado por personas que amabas. Te vio con un cuerpo que se enferma y un corazón que se debilita.
En vísperas de la cruz, Jesús tomó la decisión. Prefería ir al infierno por ti que ir al cielo sin ti.

Y los ángeles guardaron silencio. 

EL CAMINO A CASA

Tomado de: Renuevo de Plenitud
Por María Lozano


Aquí están los elementos claves por medio de los cuales nos llegamos a reconciliar con el Padre. Todos y cada uno de ellos tienen una importancia vital. Si uno solo de ellos estuviera ausente, podría impedir que nuestra relación fuera completa.
Nuestra condición: Lo primero que necesitamos comprender es que estamos separados de Dios. El abismo que nos separa de Él es ancho y profundo. Heredamos por nacimiento un defecto fatal. Como consecuencia, hemos vivido independientes de Él. La Biblia destaca esta realidad tan desoladora: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. Si no podemos aceptar el hecho de que el pecado nos separa de Dios, nunca llegaremos espiritualmente a casa, porque no sentiremos la necesidad de un Salvador.
El remedio de Dios: En segundo lugar, necesitamos tener una comprensión muy clara de quién es Jesús, y qué ha hecho Él por nosotros, para poder poner en Él nuestra fe con toda confianza. Jesús fue quien cerró la brecha que nos separaba de Dios. En palabras del apóstol Juan: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Jesús no sólo era un buen hombre, un gran maestro o un inspirado profeta. Él vino a la tierra como el Cristo y el Hijo de Dios. Nació de una mujer virgen. Llevó una vida sin pecado. Murió. Fue sepultado. Resucitó al tercer día. Ascendió a los cielos, y allí se convirtió en Señor y Cristo.
La muerte y resurrección de Jesús a favor nuestro satisfizo las exigencias de Dios: una provisión completa para eliminar nuestro pecado. Este Jesús, y sólo Él, reúne las cualidades para ser el remedio de mi pecado y el suyo.
Nuestra respuesta: arrepentirnos y creer.
El arrepentimiento personal es vital en el proceso de transformación. La palabra “arrepentimiento” significa literalmente “un cambio en la manera de pensar”. Consiste en decirle al Padre: “Quiero acercarme a ti y apartarme de la vida que he llevado independientemente de ti. Te pido perdón por lo que he sido y lo que he hecho, y quiero cambiar de manera permanente. Recibo tu perdón por mis pecados”.
En este punto, son muchos los que experimentan una notable “purificación” de cosas que se habían ido acumulando toda una vida, todas ellas capaces de degradar el alma y el espíritu de una persona. Sintamos o no el perdón de Dios, si nos arrepentimos, podemos tener la seguridad total de que somos perdonados. Nuestra confianza se basa en lo que Dios nos ha prometido, y no en lo que nosotros sintamos.
Llegamos a una relación personal con el Señor cuando tomamos la mayor decisión de la vida: el punto decisivo del que hablamos antes. Esa decisión consiste en creer que Jesús es el Hijo de Dios, el que murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó de entre los muertos, y recibirlo por Salvador y Señor. Cuando creemos de esta forma, nos convertimos en hijos de Dios. Está prometido expresamente en el evangelio de Juan: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios” (Juan 1:12).
¿Quisiera recibir a Jesucristo como Salvador? Si quiere hacerlo, puede hacer una oración como ésta:
“Jesús, te necesito. Me arrepiento de la vida que he llevado alejado de ti. Te doy gracias por morir por mí en la cruz para pagar por el castigo de mis pecados. Creo que tú eres el Hijo de Dios, y ahora te recibo como mi Salvador y Señor. Consagro mi vida a seguirte.”
¿Hizo esta oración?

LA ANSIEDAD

Tomado de: Maná para cada día
Por María Lozano






¿Dónde está vuestra fe?
(Lucas 8:25)

Para tener un año exitoso es importante aprender y practicar el secreto del éxito. También es importante evitar las trampas que pueden llevar a nuestra vida al fracaso.
Una de las trampas más peligrosas, que puede traer fracaso a nuestra vida, es la ansiedad de nuestro corazón. Una persona con una ansiedad regañona en su corazón, de hecho, ya perdió la felicidad.
Tal persona se quejará y protestará, hará que otros también estén ansiosos en su casa y causará problemas en la sociedad. Dondequiera que él o ella vayan, habrá una reacción en cadena de ansiedad, y en lo que sea que él o ella estén involucrados, finalmente fracasarán.
¿Por qué nuestro corazón se pone tan ansioso? Porque no tenemos confianza al enfrentar nuestras circunstancias. Cuando nos encontramos con un problema que no podemos resolver por nosotros mismos, sentimos la ansiedad crecer en nosotros.
Cierto día Jesús entró en una barca con los discípulos y les ordenó pasar hasta el otro lado del mar de Galilea.
Durante la travesía, el Maestro se quedó dormido…Mientras ellos navegaban por el medio del lago, fuertes vientos desataron una tormenta violenta. La barca empezó a anegarse, y los discípulos trataban de sacar el agua. Sin embargo, las olas se hacían cada vez más grandes, y solo era cuestión de minutos para que la barca se hundiera. Los discípulos despertaron al Señor, gritando: “¡Maestro, Maestro, que perecemos ¡”(Lucas 8:24).
Entonces Jesús se levantó y reprendió al viento ya a las olas embravecidas. La tormenta cesó, y sobrevino la calma. Luego les dijo a sus discípulos: “¿Dónde está vuestra fe?” (v.25).
Los discípulos no pusieron su fe en las palabras de Jesús, sino en las circunstancias. Jesús les había dicho: “Pasemos al otro lado del lago” (v.22), ellos tenían que haber obedecido lo que se les había ordenado. Sin embargo, por haber mirado las circunstancias, el temor se apoderó de ellos, y comenzaron a temblar. Por consiguiente, Jesús reprendió a los discípulos por la falta de fe demostrada en el incidente.
La Palabra de Dios no cambia, aun cuando el cielo se caiga, y la tierra se hunda. Por lo tanto, incluso en la actualidad, si usted pone su fe en la Palabra de Dios, podrá vivir una vida exitosa, sin sentir la ansiedad en ninguna circunstancia.

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