Laura tenía los ojos llenos de lágrimas mientras me agradecía por las oraciones de la gente de la iglesia por su hermano, tras su diagnóstico de cáncer. Agregó: «Sus oraciones lo han fortalecido en este momento difícil, y han sido un estímulo para toda nuestra familia».
Una de las mejores maneras de amar a los demás es orar por ellos. Jesús es nuestro máximo ejemplo en esto. El Nuevo Testamento lo muestra orando por otros en muchas ocasiones; incluso, nos muestra que acudía constantemente al Padre a nuestro favor. Romanos 8:34 afirma de Jesús: «el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros». Aun después de haber mostrado un amor tan generoso en la cruz, el Señor Jesucristo resucitado y ascendido continúa expresando su interés en nosotros al orar a nuestro favor en este preciso instante....