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Tomado de La Buena Semilla
por María Lozano
Al pasar por una agencia de viajes siempre veo múltiples ofertas para ir de vacaciones a los lugares más hermosos de la tierra. La verdad es que dan ganas de hacer las maletas e irse de viaje.
Pero en realidad quiero algo diferente. Deseo ir más lejos; me apetece ir a un país en donde no haya dolor ni tristeza y de donde no regrese. Usted dirá que estoy loco y que un viaje así no existe, pero se equivoca.Ya tengo mi pasaje y estoy esperando el momento de la partida. ¿ Le interesa saber más? Entonces le explico.
Mi boleto es Jesucristo. Él lo pagó por mí, pues yo no hubiese podido hacerlo; está fuera de mi alcance. Su sangre vertida en la cruz me lava de mis pecados y me abre el acceso a la presencia de Dios. Mi destino es el cielo, la del Padre, en donde está preparado un lugar para mí: El momento de la salida es el regreso del Señor Jesús por los suyos, lo cual sucederá muy pronto. Resucitará a los creyentes que murieron y transformará a los que aún estén vivos en ese momento. A todos dará cuerpos nuevos; para que vivan eternamente con Él en el cielo, y una vez que hayan entrado en la gloria celestial, no regresarán más a la tierra.
Todavía hay lugar; Dios lo está esperando. Acepte hoy su gracia y, al igual que yo, prepárese para ése último viaje
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