Los valles son parte de la vida

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano


“Aunque camine por el valle más tenebroso, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”.
Salmo 23:4 (NVI)
En Israel, en el camino de Jerusalén a Jericó, hay un cañón llamado el Valle de la Sombra de la Muerte. En su día, el rey David probablemente lo recorrió muchas veces. Algunos de los cañones a lo largo del camino a Jericó son angostos en el fondo y alcanzan una altura de 250 metros aproximadamente. El único momento en que se puede ver la luz del sol en el fondo es al mediodía, cuando el sol está directamente sobre la cabeza. En la Biblia, los valles son a menudo una metáfora de tiempos de oscuridad, desesperación, derrota o desánimo.
El Salmo 23:4 dice: “Aunque camine por valles oscuros, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo” (NVI). La Biblia enseña que Dios no es solo una parte de tus experiencias en la cima de la montaña. Él también está contigo en los valles. Hay tres principios que debes recordar sobre los valles:
*1. Los valles son parte de la vida*
La Biblia dice en Deuteronomio 11:11: “La tierra que pronto tomarás es una tierra de colinas y valles” (NTV).
Los valles son inevitables. Probablemente acabas de salir de un valle, estás en medio de uno ahora mismo o te diriges a otro. No hay manera de evitar los valles mientras estás en esta Tierra. En cambio, puedes contar con ellos..*2. Los valles le pasan a todo el mundo*
Son imparciales. A la gente mala le pasan cosas buenas y a la gente buena le pasan cosas malas. Vivimos en un mundo caído y quebrantado, por eso tenemos problemas. Nadie es inmune. Nadie está aislado del dolor. Nadie navega por la vida sin problemas.
La Biblia dice: “El hombre bueno no escapa a todos los problemas, él también los tiene. Pero el Señor lo ayuda en todos y cada uno” (Salmo 34:19 TLB).
*3. Los valles son impredecibles*
No puedes planificarlos. No puedes cronometrarlos. Los problemas generalmente te toman desprevenido. De hecho, tus valles y tus problemas suelen presentarse en los peores momentos: cuando no tienes tiempo, cuando no estás preparado y cuando no es conveniente. ¿No sería más fácil si pudieras programar todos tus valles cuando te hayas quedado descansando, tu salud sea buena y nadie te moleste? Pero la vida no funciona así. Proverbios 27:1 nos recuerda: “No te jactes del día de mañana, ya que no sabes lo que traerá el día” (NTV).
Cuando sabes qué esperar en los valles de la vida, sabes cómo prepararte mejor para ellos y seguir confiando en la presencia y la provisión de Dios.
REFLEXIONA
¿Dónde estás en tu viaje ahora mismo: en un valle, saliendo de un valle, en algún lugar entre un valle y la cima de una montaña, o en la cima de una montaña?
¿Cómo puedes prepararte mental, física y espiritualmente para los valles de tu vida?
¿Por qué crees que Dios te permite atravesar valles y no solo quedarte en las cimas de las montañas?
Te bendigo en el nombre de Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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