El Secreto de la Gloria

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Cuando se hubo ido, Jesús dijo: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios glorificará al Hijo en sí mismo, y lo glorificará inmediatamente. Juan 13:31-32.
Observe el énfasis en la gloria en estos versículos. Este es el principio secreto por el cual alcanzamos la gloria, que es algo que todos anhelamos. Todos queremos que la gente piense bien de nosotros. De esto es de lo que habla Jesús. El secreto para alcanzar la gloria es entregarse a uno mismo, perderse a uno mismo. Él está mirando hacia la cruz. La cruz se convirtió en una certeza en el momento en que Judas salió de la habitación, y Jesús dice: Ahora [en vista de la cruz] es glorificado el Hijo del Hombre...
Observe las tres manifestaciones de gloria que se mencionan en esta oración. Primero, Jesús es glorificado en la cruz, y en la cruz se hace visible el carácter interior de Jesús. Juan dice: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. Y vimos su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (1:14). Toda esa gracia y verdad se hacen visibles en la cruz.
En segundo lugar, Dios fue glorificado en Jesús. La cruz también revela al Padre. Entre los cristianos ha surgido la extraña idea que Jesús es el inocente que sufre, aplacando la ira de un Dios airado que está dispuesto a herir a la humanidad. Pero esa no es la visión bíblica. La Biblia dice que Dios estaba reconciliando consigo al mundo en Cristo (2 Corintios 5:19). Allí se ve la misericordia, el amor y la gracia del Padre.
En tercer lugar, Dios lo glorificará de nuevo, y lo hará inmediatamente. Aquí Jesús está pensando en Su resurrección. Nuestro Señor está declarando un gran principio aquí. ¿Cómo se alcanza la gloria? ¿Cómo se logra la realización que, con toda razón, se desea? La respuesta es muriendo. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; pero todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará (Mateo 16:25). Y muy de cerca, después de la muerte, está la resurrección. Pedro lo expresa con precisión en su primera epístola: Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que a su debido tiempo él os exalte (1 Pedro 5:6)..Luchamos con esto. Luchamos por el primer lugar. Estamos llenos de sospechas y engaños unos hacia otros. Entonces, ¿cómo puedes perder tu vida? ¿Cuál es el poder que puede hacer que estés dispuesto a tirarlo todo por la borda? Es por eso que Jesús agrega: “Un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros. Como yo los he amado, que también ustedes se amen unos a otros” (Juan 13:34). Ese es el poder que hace posible el sacrificio. La clave está en la frase “como yo los he amado”. Ese es el secreto. Nuestro amor debe tener su origen en Su amor por nosotros. Debemos recurrir a Su aceptación amorosa de nosotros para poder llegar a una aceptación amorosa a otros que están cerca de nosotros, ya sean encantadores o no.
POR FAVOR ORA CONMIGO Señor mío y Dios mío, veo la aparente paradoja que la gloria se encuentra en el amor
sacrificial. Permíteme permanecer en Tu amor para poder entregarte mi voluntad y amar a los demás con el amor que Tú me has dado Señor Jesús. Amén.
Aplicación de vida
¿Cuál es el secreto de la gloria? ¿Cómo logramos la realización personal que tan justamente anhelamos?
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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