La cura para los corazones atribulados

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

No se turbe vuestro corazón. Confiad en Dios; confiad también en mí. Juan 14:1.
Cuando nuestro Señor miró a estos hombres, Él sabía lo que estaba pasando en sus mentes y corazones, cuán perturbados y trastornados estaban, y qué estaba causando su agitación. Él también conocía el remedio para sus ansiedades. Tal vez hay muchos de nosotros que estamos sufriendo la misma aflicción que estos discípulos: corazones atribulados; corazones temerosos; corazones trastornados, perturbados y agitados debido a nuestras circunstancias. Nuestro Señor sabía que estos hombres tenían miedo de lo que se avecinaba. Tenían miedo de la muerte, miedo que ellos, junto con Él, fueran ejecutados por los judíos. Sabían de la oposición que se había desarrollado contra ellos en Jerusalén. Sabían que estaban en peligro, y por eso sus corazones estaban profundamente preocupados mientras se reunían aquí con Él..Pero más allá de ese peligro físico para ellos mismos, eran conscientes de las palabras de Jesús acerca de dejarlos. Esto había aterrorizado sus corazones. Tenían miedo que, aunque pudieran sobrevivir, tendrían que seguir viviendo sin Él, y eso era insoportable para ellos. Podían soportar morir con Él; no podían soportar vivir o morir sin Él. Así que, cuando Él los reunió, les dijo estas palabras: No se turbe vuestro corazón.
En cierta ocasión, cuando yo mismo estaba pasando por un período de este tipo de angustia cardíaca , pensé en estas palabras, y me cobraron un significado tremendamente nuevo. Vi algo en esa sencilla frase « No se turbe vuestro corazón» que nunca antes había visto. «Lo que me impresionó fueron las palabras «No se turbe». Significan que estos discípulos podían hacer algo para solucionar su problema. Tenían en sus propias manos la clave para su liberación de la angustia cardíaca. Era posible para ellos dejar que sucediera o no dejar que sucediera. Nuestro Señor nos está diciendo esto a todos nosotros. Hay una manera de salir de la angustia del corazón —esta angustia y temor acerca de la muerte y la vida— y nuestro Señor continúa dándoles la respuesta.
El remedio para los problemas del corazón está contenido en las dos frases que siguen: Confía en Dios; confía también en mí. Confía en Dios, que todavía tiene el control, que sabe lo que está haciendo, que es capaz de ejercer sabiduría infinita, poder infinito y amor infinito. Y confía también en mí, dijo Jesús, que soy el medio por el cual toda esa sabiduría, recursos y poder de Dios están disponibles para ti. Ése es el secreto.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Padre amado y Dios mío, gracias por esta seguridad que me das al enfrentar lo desconocido. No dejes que mi corazón se turbe.Ven a mi. Ayúdame a vivir sobre esta base hoy y demostrar la calidad de vida que Tu viviste. Gracias Jesús. Amén.
Aplicación de vida
A menudo, nuestro corazón puede estar angustiado debido a las circunstancias. ¿Podemos elegir no tener un corazón angustiado?
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario