Por María Lozano
Lectura del día: Mateo 4:1-11
Lleno del Espíritu Santo, impulsado por el Espíritu Santo y llevado por el Espíritu Santo, Jesús entró al desierto para oír a su Padre y ser tentado por el diablo. La primera tentación de Jesús es satisfacer su verdadera necesidad física, en sus propias fuerzas. Esto es una agresión a la provisión de Dios. El diablo viene y trata de que dudemos de la provisión de Dios. Él dice cosas como: “si Dios te amara te daría las cosas que quieres”. Cuando llega la tentación has lo que hizo Jesús y di: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Lleno del Espíritu Santo, impulsado por el Espíritu Santo y llevado por el Espíritu Santo, Jesús entró al desierto para oír a su Padre y ser tentado por el diablo. La primera tentación de Jesús es satisfacer su verdadera necesidad física, en sus propias fuerzas. Esto es una agresión a la provisión de Dios. El diablo viene y trata de que dudemos de la provisión de Dios. Él dice cosas como: “si Dios te amara te daría las cosas que quieres”. Cuando llega la tentación has lo que hizo Jesús y di: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.