Por María Lozano
A la mayoría de las personas no le gusta recibir órdenes. Hoy es Dios quien nos da una orden, mi deber es responderle, obedecerle, Dios me pide que me arrepienta, es decir que reconozca que como hasta aquí no lo he tenido en cuenta.
Ese Dios que ordena también es el que invita, Jesucristo,
Dios hecho hombre, puede comprendernos, ayudarnos y sacarnos del callejón sin
salida en donde nos encontremos. Él no solo puede ayudarnos, sino que quiere
hacerlo; por eso nos invita a ir a él para encontrar descanso.
¡Que podamos ir a Él.
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