Se Acerca el Final

 Tomado de: Granaderos Bicentenario

Por María Lozano

"Yerga el Ande su cumbre más alta
Dé la mar el metal de su voz
Y entre cielos y nieves eternas
Se alza el trono del Libertador..."
Suenen claras trompetas de gloria
Y levanten un himno triunfal
Que la luz de la historia
Agiganta la figura del Gran Capitán"..
Parado frente a la costa del Canal de La Mancha, sus ojos neblinosos tratan de hurgar infructuosamente a través de esa ceguera que lo mortifica y amarga. Mira con intensidad, tratando de ver con los ojos velados de la nostalgia, a aquella tierra lejana, que lo había visto nacer, a la que había dado Libertad e Independencia. Sus ojos negros que habían visto la Gloria de América, ahora lo habían sumido en la oscuridad que lo martiriza. Le ha sacado el placer de la escritura y la lectura.
"De las tierras del Plata a Mendoza,
de Santiago a la Lima gentil
fue sembrando en la ruta laureles
a su paso triunfal, San Martín.
San Martín, el señor de la guerra,
por secreto designio de Dios,
grande fue cuando el sol lo alumbraba
y más grande en la puesta del sol".
Tomado del brazo de su amada Mercedes, caminaba por la cima de los acantilados de Boulogne Sur Mer, mientras la brisa marina, le depositaba en los labios el sabor salado del mar. Lo oye, lo huele, y lo saborea. Sabe que el mar está allí. Pero no puede verlo.
De repente, percibió que algo pasaba. No se sintió bien. Una puntada en el pecho, un mareo, el adivinar que la Parca lo besaba.Y en francés le dijo a su hija amada:
-¡C'est I´ourage qui mène au port! ("¡Es la tempestad que lleva al puerto!")
"¡Padre augusto del pueblo argentino,
héroe magno de la libertad!
A su sombra la Patria se agranda
en virtud, en trabajo y en paz..".
Rápidamente fue llevado al 105 de la Grand Rue, y recostado en su lecho, se sumió en profundos dolores estomacales.
Fue el 13 de agosto de 1850, hacen hoy 172 años.
Así, sin estridencias, con estoicismo y humildad, quedamente, sin rencores, quejas ni reproches, con la tranquilidad de conciencia que sólo tienen los justos, se iba apagando como un débil candil, la vida del Argentino Más Grande la Historia, Libertador de Tres Naciones, Don José Francisco de San Martín y Matorras.
Sabía que se moría. Pero lo haría como vivió toda su vida, con dignidad.
Cuatro días después, el 17 de agosto, entraría en la Inmortalidad y la Gloria Eterna, el Padre Nuestro que está en el bronce.
"¡San Martín! ¡San Martín! Que tu nombre,
honra y prez de los pueblos del Sur,
asegure por siempre los rumbos
de la Patria que alumbra tu luz..."

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