Una parábola viviente

 Tomado de: Alfonso De Caro

Por María Lozano

Faltaba poco para la fiesta de Pascua. Jesús sabía que había llegado su hora de dejar este mundo y volver al Padre. Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, ahora les mostró todo su amor. Juan 13:1.
El pasaje comienza con una parábola en acción, más que con un discurso o un mensaje. Comienza con Jesús lavando los pies a los discípulos. Y en ese acontecimiento extraordinario, tan sencillo como fue y, sin embargo, extraño en muchos sentidos, Juan ve algunos significados muy profundos y extraordinarios. Hay dos movimientos que Juan ve en este acontecimiento, y los reúne en el prefacio de este relato. Juan ve primero en esta escena extraordinaria la evidencia y la demostración del amor inmutable de Jesús por sus discípulos. Jesús sigue siendo considerado, compasivo y atento con sus discípulos, y eso impresiona a Juan. Está asombrado por el hecho que Jesús no esté pensando en sí mismo, aunque sabe que esta es la hora dramática hacia la que ha estado viviendo. Más bien, sus pensamientos siguen estando sobre sus discípulos. Les enseña y manifiesta amor, compasión y preocupación por ellos hasta el final.
El segundo movimiento se refiere a Judas. Juan ve en el acto de lavar los pies una demostración de la verdad que hay en Jesús, de la extraordinaria pasión que despoja de toda pretensión e hipocresía y revela las cosas exactamente como son. En este acto dramático en el que Jesús se inclina para lavar los pies de Judas y de los demás discípulos, Juan ve una manifestación de esa honestidad de Dios, esa realidad de Dios que expone toda hipocresía, y por medio de esa revelación busca apoderarse del corazón del traidor y mostrarle lo que le está sucediendo. Jesús se ve impulsado a hacer esto, dice Juan, por la conciencia de su propia autoridad. El Padre puso todas las cosas en sus manos; Él lo sabía. Sabía quién era, sabía que venía de Dios y sabía que iba a Dios. Y, movido por este sentido de su propia identidad y autoridad, Jesús comienza a hablarle palabras directas a Judas, exponiéndole lo que estaba haciendo y hacia dónde se dirigía. Juan ve todo esto entrelazado en esta notable escena: el compromiso del amor que enseñó hasta el final y la pasión de la verdad que luchó hasta el final por la liberación de Judas..POR FAVOR ORA CONMIGO
Señor mío y Dios mío, gracias por el amor que se inclina a servirme. Gracias por la honestidad que busca liberarme de mi propia hipocresía. Ayúdame a entregarme una vez más a la manera en que Tú estás obrando en mi vida. Ayúdame a ser íntegro Jesús. Amén.
Aplicación de vida
Las acciones hablan más que las palabras. ¿Cómo demostramos la forma más elevada de amor, incluso a quienes tal vez no lo merezcan?
Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.

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