Por María Lozano
¿Por qué te desesperas, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez por la salvación de su presencia.
Salmos 42:5
Señor, dame Tu sabiduría para crecer en entendimiento, fuerza para tomar mi cruz, y fe para confiar en Ti durante mis horas más oscuras. Tú sabes cuando me siento y cuando me levanto. Tú conoces todas las necesidades que tengo en este momento de mi vida. Vengo ante Tu presencia en Tu nombre para decir, que se haga Tu voluntad y no la mía en mi vida.
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