Tomado de: Ana María Álvarez- Escritora
Por María Lozano
Se secaron las lágrimas
y brotó la esperanza...y en el mismo desierto
a sembrar aprendí.
Y surgieron los brotes
de colores diversos
que abrazaron mi alma,
que me hicieron reír.
Y bueno...
...¿qué esperabas?
Nada es para siempre.
Como bola de fuego
el Sol se ahoga así,
apagando sus brasas
sobre el mar azulado...
resurgiendo otro día
con más brillo salir.
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