Te sacó del Pozo

Tomado de: El Poder de Orar
Por María Lozano


" Por eso, si yo, el Hijo de Dios, les perdono sus pecados, serán libres de verdad." Juan 8: 36
Es hermoso pensar en la libertad, pero es aun más hermoso disfrutar de ella...
Nunca podemos expiar nuestros propios pecados. Nunca podremos acabar con su poder. No podemos venir al Eterno y decir: " Señor, seguramente lo que he hecho es suficiente para compensar por mis pecados.”... No podemos hacer nada, que posiblemente podamos compensarlo. Pero el Eterno envió a su propio Hijo —piensa en ello, Su propio Hijo— que fue por nosotros a la cruz, en nuestro lugar. Él vivió una vida perfecta. Mientras no tenía pecados Suyos para expiar, Él estaba calificado para hacer un sacrificio por nuestros pecados. Ningún sacrificio podríamos hacer que pudiese ser suficiente para expiar el pecado. Pero él era capaz y está dispuesto a hacerlo. Debido a esto, podemos ser liberados de la culpa y de la esclavitud que genera.

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