Por María Lozano
La gratitud, ¿un remedio para la preocupación?
La Biblia dice: “Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.” (Filipenses 4.6-7).
El primer paso para despojarse de una mentalidad fundada en la penuria es dar gracias a Dios por todo lo que eres y por todo lo que posees.
¿Quieres tomarte un tiempo para hacerlo ahora mismo? ¿Sabías que puedes descargarte de tus preocupaciones simplemente al estar agradecido a Dios?...
Dar gracias por todo lo que eres y por todo lo que posees es solo un primer paso, pero es también el más grande, pues una vez que tus inquietudes desaparecen, es tu fe la que toma el relevo. ¡Y Dios se complace en trabajar en un corazón que espera en él!
“Echad sobre él toda vuestra ansiedad, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5.7).
Es una promesa de Dios, una de sus leyes naturales: si le haces saber tus necesidades, recibirás su ayuda y su gracia.
No te preocupes más; al contrario, ¡comienza a alabar a Dios ahora mismo! Te invito a hacerlo conmigo: “Señor, te doy las gracias por tu palabra poderosa y llena de sabiduría. Entiendo que la gratitud es una clave para liberarse de la preocupación y andar en completa paz contigo. Te quiero agradecer por todo lo que soy y por todo lo que tengo. Gracias porque sabes todo lo que me pasa, todo a lo que me enfrento, y porque me guías día a día con tu bondad, fidelidad y paciencia. Bendigo tu nombre, Señor. Amén”
Gracias por existir,
Eric Célérier.
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