Tomado de: Roberto Leonardo Rado
Por María Lozano
El profeta Jeremías está hablando a su pueblo en el año 627 a.C. y dice:
Pero este pueblo es muy rebelde; me abandonó y se fue por mal camino. Jamás se puso a pensar: “Debemos adorar a nuestro Dios, pues él es quien nos da la lluvia cuando más nos hace falta; nos la manda en otoño y primavera, y nos deja cosechar a tiempo”. Pero todo esto ha cambiado por causa de sus muchos pecados; por eso ustedes ya no disfrutan de todos esos beneficios. Hay entre ustedes gente tan mala, que cuando ponen trampas no lo hacen para cazar pájaros sino para atrapar personas. Sus casas parecen jaulas; ¡pero no están llenas de pájaros, sino repletas de cosas robadas!.. Así fue como se llenaron de plata y llegaron a ser poderosos. Su maldad no tiene límites. Están demasiado gordos y demasiado llenos de orgullo. No les hacen justicia a los huérfanos, ni reconocen los derechos de los pobres. ¿Y acaso piensan ustedes que no los castigaré por todo esto? ¿Qué les hace pensar que no me voy a vengar de ustedes? Les juro que sí lo haré. »¡Miren lo que pasa en el país! ¡Esto es algo muy terrible! Los profetas solo dicen mentiras, los sacerdotes enseñan lo que quieren, y mi pueblo parece estar feliz. Pero cuando llegue el desastre, nadie acudirá en su ayuda».
Jer 5:23-31 TLA
¡Nada ha cambiado desde entonces!
Jer 5:23-31 TLA
¡Nada ha cambiado desde entonces!
Tal cual!!!!
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