Tomado de: Ana María Álvarez - Escritora
Por María Lozano
En el rostro de una joven
hay una historia esperando,
ilusiones, esperanzas
y algún amor palpitando.
En ese rostro hay sorpresas
y un mundo de expectativas,
que surgen de los proyectos
que trazará en su vida.
Hay pasión, hay un presente
y hay un futuro soñado...
que se irá fortaleciendo
si es que se va trabajando.
En el rostro de un anciano
un mundo se ha acumulado,
hay presente y un futuro
que al hoy lo ha trasladado.
Ese rostro porta huellas
de emociones que ha explorado
y en sus párpados caídos
las estrellas que ha contado.
En su rostro hay experiencia
que en la vida ha cosechado,
por eso que su consejo
se consifera "sagrado".
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