Tomado de Alfonso De Caro
Por María Lozano
Mientras estaba todavía de camino, sus sirvientes salieron a su encuentro con la noticia de que su hijo estaba vivo. Cuando él preguntó a qué hora había mejorado su hijo, le dijeron: «Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre». Entonces el padre comprendió que ésa era la hora exacta en que Jesús le había dicho: « Tu hijo vivirá». Así creyó él y toda su familia. Juan 4:51-53.¡Qué encuentro tan emocionante! Los sirvientes salieron al encuentro de este hombre con la gloriosa noticia: «Tu hijo vive», las mismas palabras que Jesús le había dicho al padre. Inmediatamente, el hombre comprobó la hora en que había sucedido. Se dio cuenta que en el preciso momento en que Jesús le había dicho: « Ve, tu hijo vive», la fiebre desapareció de repente del niño y comenzó a mejorar. Entonces se dio cuenta de una nueva realidad, no de lo que Jesús podía hacer, sino de quién era Jesús. Él tenía autoridad sobre todas las enfermedades. No estaba limitado por la distancia ni el tiempo. Tenía poder en áreas que estaban más allá del conocimiento y el alcance de los hombres. Cuando el hombre comprendió eso, creyó, y toda su familia con él. Esta es la misma palabra para creer que se usó antes para referirse a él, pero ahora se usa en un nivel mucho más alto: una confianza en que Dios estaba obrando y resolvería este asunto de maneras que él no podía anticipar..El poder de esta historia se nos da en el libro de Hebreos, donde leemos: “ Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:1-2a). Eso es lo que Jesús vino a hacer: otorgar fe y hacerla crecer. Una versión traduce esto como “ El pionero y consumador de la fe”. Esta historia nos dice que estamos en manos de Aquel que no siempre responde nuestras oraciones de la manera que esperamos, pero al hacerlo nos eleva a una mayor conciencia de quién es él, de su autoridad y poder en el mundo y en la vida. Nuestra fe, como resultado, se vuelve más fuerte, más limpia y más verdadera. Somos capaces de ejercerla a un nivel mucho más alto. Jesús es el Autor y Perfeccionador de nuestra fe. Ese es el significado de la señal que Jesús realizó ese día.
Un ex entrenador de un equipo de fútbol, dijo una vez que el trabajo de un entrenador es hacer que los hombres hagan lo que no quieren hacer, para que puedan lograr lo que realmente quieren. Esto es lo que hace Jesús: nos hace pasar por circunstancias que no queremos pasar; nos hace enfrentar cosas que no nos gusta enfrentar para lograr lo que hemos deseado con todo nuestro corazón desde el principio. Hacerlo requiere el fortalecimiento de la fe. El estímulo de la fe: eso es de lo que trata este incidente.
POR FAVOR ORA CONMIGO
Padre Celestial y Dios mío, este relato me habla de la situación actual. Concédeme que pueda afrontar esa situación con renovado ánimo, renovada confianza, un renovado sentido que sabes lo que estás haciendo en mi vida y que estás fortaleciendo mi fe en el proceso. Gracias por hablarme mi Señor Jesús. Amén.
Aplicación de vida
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Te bendigo en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Un fuerte abrazo.
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