Insurrecciones

 Tomado de: Entre café y libros

Por maría Lozano

Elijah Okello:
Hoy y siempre hay que creer que va a suceder lo que siempre has querido que suceda, claro está, habrá que provocarlo con sus insurrecciones libremente.
La creación es una cadena que no debe romperse.
La habitación en la que me encuentro creando es una habitación de hotel en Estocolmo. Es muy de mañana, quiero decir son aproximadamente las 2 de la mañana. Tendré tiempo para pasear, ahora leeré y erraré libretas. Cuento con varias, de hecho, siempre llevo una conmigo, en ésta escribo frases cortas, en las otras, relatos, quizá, una novela. Soy amante de la literatura contemporánea. Cuesta creer que nací en esta ciudad tan extremosa, un día de 196 y tantos. No me quedo con esas noticias fatídicas, vivo el hoy.
No sé porqué empecé a escribir, pero sé que la escritura es un don. Puede que la primera vez que sentí la pulsión tuviera 15 o 17 años. Fue al escuchar la tesis de un maestro el cual nos contaba sobre Miguel Hernandez. Me dije que aquello era distinto de todo lo que había leído hasta entonces. Y que yo también quería escribir mis propios cuentos. Precisamente, después de eso, busqué los libros de M. Hernandez, cruzándome con "El rayo que no cesa". Con dicho tomo es con el que viajé sin salir de la ciudad. Fue increíble cómo al leerlo me transportaba a otros lugares, y no tener más remedio que vivir en otro mundo, además de en el real.
Cuando se nace con un don, es imposible dedicarse simplemente a vivir. Es como si tuvieras dos mentes. Una está viviendo el momento, mientras la otra está intentando crear, o transfigurar eso. Me pasa a menudo que estoy en casa, o cuando ya voy a dormir, lo hago con una libreta al lado por si se me ocurre una idea...No cedo ni un palmo de terreno. Lucho por lo que quiero. Puedo hacerlo. El mundo ha sobrevivido a todo. He elegido la literatura, la prosa, porque creo que forma parte de un tipo de arte que no sólo no está en vías de extinción, sino que tiene más futuro que nunca.
Nadie está más cerca de hacer literatura que cuando se está enamorado. Podría decirse que soy amante de la escritura o ella de mí. Sentimos fervor el uno por el otro. No puedo imaginarme mi vida sin escribir. Si sólo pudiera quedarme con una cosa, me quedaría con la literatura. Me siento en mi silla, algo incómoda, eso me permite no ensimismarme por el dolor que me ocasiona estando en una posición. Mientras yo escribo en mi silla, tú estarás dormida, despierta, duchándote o qué sé yo, pero lo que sí sé es que estás en mi mente. Eso es la literatura, mientras tú te ocupas del día a día, yo estoy creando prosa con sólo pensarte. Eso me da satisfacción y a la vez me permite que no te apartes de mí.
Guillermo Rosales Medellín.
DAR

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