Por maría Lozano
“Cuando nadie me miraba
Tiernamente me miró
Cuando nadie me creía
Dulcemente en mi creyó.
Cuando para nadie valía.
Sabiamente me valoró
Cuando nadie me llamaba
Estremecedoramente me llamó.
Y cuando nadie me determinaba
Un día sorpresivamente él me envió.
Su confianza puso en mi
Cuando nadie en mi confiaba.
Con amor él me abrazo
Y junto a mi él caminó.
Un día se detuvo en el camino
Y de por los hombros tiernamente me tomó
Su mirada dulce y clara
Cuando nadie me creía
Dulcemente en mi creyó.
Cuando para nadie valía.
Sabiamente me valoró
Cuando nadie me llamaba
Estremecedoramente me llamó.
Y cuando nadie me determinaba
Un día sorpresivamente él me envió.
Su confianza puso en mi
Cuando nadie en mi confiaba.
Con amor él me abrazo
Y junto a mi él caminó.
Un día se detuvo en el camino
Y de por los hombros tiernamente me tomó
Su mirada dulce y clara
Mi alma toda penetró
Y su voz sacudió mi espíritu
Cuando de esta forma me habló.
“ Hijo, nadie puede ver en ti
lo que yo si puedo ver.
Te veo ya terminado
Te veo con claridad.
Nunca, nunca dejes que el polvo
Empañe tu ser
Camina con entusiasmo
Y habla del nuevo amanecer.
Yo siempre estaré a tu lado
Mi mano te va sostener..
Y cuando llegues al río
No tendrás que retroceder
Porque como Pedro lo hizo
Tu también lo podrás hacer.
Y entonces seguiremos juntos
Al nuevo hogar que anhelas tener.
Y su voz sacudió mi espíritu
Cuando de esta forma me habló.
“ Hijo, nadie puede ver en ti
lo que yo si puedo ver.
Te veo ya terminado
Te veo con claridad.
Nunca, nunca dejes que el polvo
Empañe tu ser
Camina con entusiasmo
Y habla del nuevo amanecer.
Yo siempre estaré a tu lado
Mi mano te va sostener..
Y cuando llegues al río
No tendrás que retroceder
Porque como Pedro lo hizo
Tu también lo podrás hacer.
Y entonces seguiremos juntos
Al nuevo hogar que anhelas tener.
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