Dejando Huellas

Tomado de: El Poder de Orar

  1. Por María Lozano


    Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" Juan 14:6
  1. Caminar, de eso se trata nuestra relación con el Señor Jesús, caminar en medio de un mundo oscuro y plagado de espinos, donde la única luz que nos guía se mantiene encendida por la fe en la Palabra del Eterno. Ella se hizo carne y se constituyó en el camino por donde se puede transitar seguro en medio de las dificultades del mundo...
  2. Mientras nos adentramos por este camino, se nos puede ver con los ojos naturales caminar en el mundo, pero acercándonos al Eterno por la única senda que se puede llegar a Él, Jesucristo Su unigénito Hijo....
  3. Jesús es el camino. No es un camino de mera filosofía o religiosidad, Jesucristo es el camino porque Él es la Verdad acerca del Eterno y de la verdadera Vida divina. Como tal, Él nos revela la verdad y nos da vida imperecedera....
  4. De modo que, quien transita por el Camino en una genuina relación con Cristo, se adentra en una caminata que prospera día a día en conocimiento de la verdad y la experiencia de la vida divina en la cotidianidad de la existencia personal. Es decir, la vida de Cristo manifestada en el creyente. Usted y yo somos llamados a caminar en la fe para dejar una huella que puedan seguir las generaciones venideras para tener un encuentro íntimo y personal con el Eterno en Jesucristo. Esto implica un modo para hacerlo. La manera como transitamos en medio de este mundo, mientras nos adentramos por el Camino hacia la presencia del Padre, determinará las huellas para quienes vienen después de nosotros y las sigan en la seguridad de la verdad de una vida consagrada al testimonio de Cristo.
  5. Esto es lo que el Señor hizo con el pueblo de Israel. Moisés caminó con Jehová delante del pueblo, y el pueblo seguía sus huellas. Su relación con el Señor marcó huellas indelebles por todas las generaciones que han permitido mantener la fe y la esperanza en la promesa para el pueblo judío.
  6. De modo que en la dimensión espiritual tú puedes dejar un legado, no sólo para tu descendencia sino para toda una humanidad que se ve impactada por tus acciones del presente. “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. (Apocalipsis 14:13).
  7. Así que tus obras no terminan con la muerte, tus obras siguen contigo más allá…lo que haces hoy está impactando directamente la escena celestial. Y no sólo su lugar en el cielo, sino también el lugar a donde irán los que vienen detrás de ti.
  8. Hoy podemos decir que somos cristianos porque hubo hombres y mujeres comprometidos con la comisión de Jesucristo de dejar una huella indeleble para las generaciones futuras. Aquellos mártires que vivieron perseguidos y sumidos en la pobreza, y pelearon la buena batalla de la fe dejaron una huella indeleble en la historia, escrita con su propia sangre la cual hoy seguimos en la esperanza del advenimiento de aquel que prometió.
  9. Si no logramos transmitir nuestros sueños, nuestras enseñanzas, nuestros desvelos a alguien que venga detrás de nosotros, nuestra vida habrá de perder gran parte de su sentido. Que el Eterno te Bendiga y te lleve a dejar una huella indeleble para las generaciones futuras en Jesucristo Señor nuestro. Amén.

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