Por María Lozano
Recuerda que Dios nunca deja de amarte: No importa quién eres, o lo que has hecho, Dios SIGUE AMÁNDOTE y lo hará hasta que Él venga por ti.
Dios no piensa como
nosotros (¡qué bueno!). Dios no mira como nosotros. Él te mira con ojos de
Padre, de amigo y consejero. Él no mira tu exterior ni tampoco tu pasado. No
mira cómo te vistes, qué te pones y qué te dejas de poner o lo que has hecho
ayer o hace dos años.
¡Él no mira eso! Los
que miran eso son las personas que tienes a tu alrededor. ¿Pero entonces qué es
lo que mira Dios? ¿Qué es lo que Él quiere?
Pienso que ya lo
sabes, pero te lo digo: DIOS MIRA TU CORAZON. Es tu corazón donde se esconde la
razón por la cual haces lo que haces y dices lo que dices. El anhela tener tu
corazón, la fuente de donde salen tus ideas, tus actos y decisiones.
¿Por qué Él quiere
tu corazón? Porque es el elemento que te hace como eres, que te hace único y
porque NADIE AQUÍ EN LA TIERRA LO CONOCE COMO ÉL. Porque Él hizo tu corazón, y
Él te formó a ti.
Por eso el salmista
declaró: "Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú
fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo. Soy una creación maravillosa, y por
eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!
Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra; ¡aún no había vivido un solo día, cuando tú ya habías decidido cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro!" (Salmos 139: 13-16 - TLA)
Ora conmigo como lo hizo David tantos años atrás:
Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra; ¡aún no había vivido un solo día, cuando tú ya habías decidido cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro!" (Salmos 139: 13-16 - TLA)
Ora conmigo como lo hizo David tantos años atrás:
"Que lo repitan los que adoran a Dios:'¡Dios nunca deja de amarnos!'
Perdida ya toda esperanza, llamé a mi Dios, y él me respondió, ¡me liberó de la
angustia! Dios está conmigo: no tengo miedo. Nadie puede hacerme daño, Dios
está conmigo y me brinda su ayuda (Salmo 118:4-7ª - TLA).
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