Por María Lozano
Alguien una vez dijo
que hay tres tipos de personas, los que no se enteran cuando las cosas pasan,
los que ven cómo pasan las cosas y los que hacen que las cosas pasen.
No se tú, pero a mi me gustaría estar en el tercer grupo, de los que sueñan pero también actúan.
No se tú, pero a mi me gustaría estar en el tercer grupo, de los que sueñan pero también actúan.
Todo comienzo, por más pequeño que sea es importante: “Todo
esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza”
Proverbios 14:23 (TLA).
¿Te has fijado cómo
sabemos determinadas cosas, pero aún así no las resolvemos? Por ejemplo:
• Sabemos que la
falta de perdón nos ata, pero una y otra vez nos llenamos de rencor, y no
soltamos a quienes nos dañaron
• Sabemos que la prosperidad financiera viene a causa de dar, pero nos aseguramos de que no se nos “pierda” ni una moneda.
• Sabemos que Dios tiene algo mejor para nosotros, pero preferimos lo que “conocemos” antes que aventurarnos a lo desconocido, porque estamos seguros en nuestro sillón de conformismo con miedo a sentarnos en otra silla que no conocemos.
• Sabemos que la lectura trae un mar de conocimiento a nuestra vida, es como tener a sabios enfrente de nosotros instruyéndonos, y aún así “no tenemos tiempo para leer”.
• Sabemos que el sentido de nuestra vida está en Dios, que nos creó con un propósito específico, y aun así pasamos tan poco tiempo con Él, y luego nos quejamos diciendo: “Esta no es la vida que quiero”.
• Sabemos que las decisiones de ayer han creado nuestro presente, y las determinaciones de hoy producen nuestro futuro, pero aun así tomamos decisiones muy a la ligera, sin consultar a Dios ni tampoco realizar una investigación que confirme nuestra elección…
• Sabemos que la prosperidad financiera viene a causa de dar, pero nos aseguramos de que no se nos “pierda” ni una moneda.
• Sabemos que Dios tiene algo mejor para nosotros, pero preferimos lo que “conocemos” antes que aventurarnos a lo desconocido, porque estamos seguros en nuestro sillón de conformismo con miedo a sentarnos en otra silla que no conocemos.
• Sabemos que la lectura trae un mar de conocimiento a nuestra vida, es como tener a sabios enfrente de nosotros instruyéndonos, y aún así “no tenemos tiempo para leer”.
• Sabemos que el sentido de nuestra vida está en Dios, que nos creó con un propósito específico, y aun así pasamos tan poco tiempo con Él, y luego nos quejamos diciendo: “Esta no es la vida que quiero”.
• Sabemos que las decisiones de ayer han creado nuestro presente, y las determinaciones de hoy producen nuestro futuro, pero aun así tomamos decisiones muy a la ligera, sin consultar a Dios ni tampoco realizar una investigación que confirme nuestra elección…
Sabemos tantas
cosas, pero ¿ponemos en práctica el conocimiento? … “quien habla y no actúa
acaba en la pobreza”.
Comienza HOY a hacer
algo con lo que sabes.
Otra vez te recomendamos
tomar lápiz y papel, y anotar tus decisiones. Si está escrito es mejor…¡Que Dios te ayude a tomar decisiones correctas!
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