Por María Lozano
Lectura: Juan 2:5-11
Se ha registrado que algunas bodas judías en los días de Jesús, duraban alrededor de una semana y estaban llenas de simbolismos. De acuerdo a la lectura la celebración estaba en marcha, pero cuando el vino se acabó, fue un gran problema. Sabemos por Juan 2: 9-10 que el vino era responsabilidad del novio en la boda. Observa que el encargado del banquete llama al novio aparte para regañarlo por sus malos modales al servir el buen vino de último. No como era la costumbre de hacerlo al inicio....
María se acerca a Jesús para pedirle ayuda ante la situación. Al ser este el primer milagro de Jesús, se puede asumir que María no tenía idea de lo que Jesús haría. Lo que sí tenía María era FE. Ella sabía que Jesús era ingenioso y que podía salvarlos del problema.
Jesús le pide a los sirvientes: “Llenen de agua las tinajas”, y las llenaron hasta el borde. Luego les dijo: “Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete”. Las tinajas con agua en la boda se llenaban con agua especial purificada siguiendo la ley judía del rito de la purificación (ver Levítico 11: 29-38). Juan 2:6 dice: “Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada una cabían unos cien litros.” El agua utilizada en estas seis tinajas era para el lavamiento en la ceremonia. Estas seis tinajas juntas podían tener al menos 120 galones de agua. Esto nos dice que la boda era muy grande.
Los sirvientes obedecieron a Jesús y llenaron las seis tinajas con agua una a una y luego le llevaron un poco al maestro de ceremonia. Cuando el maestro de ceremonia probó el agua ya había sido convertida en vino. En esta boda Jesús hace su primera señal milagrosa. Jesús va a hacer muchas cosas milagrosas a través de su ministerio como “señal” de quien es Él realmente. Es nombrado el Hijo de Dios, y es el único camino al Padre. Así como Dios hace mucho tiempo colocó el arco iris en el cielo como “señal” del pacto entre Él y toda la vida sobre la tierra. Él prometió que no iba a destruirnos de nuevo con un diluvio (Génesis 9: 12-17). De forma similar, Dios envió a Jesús a la tierra como la mejor “señal” de un nuevo pacto entre Él y la vida en la tierra, con la promesa que nos libraría del pecado y nos daría vida eterna (Hebreos 9:15; 12:22-25).
Medita el día de hoy en Jesús como “Señal” de parte del Padre.
Dale gracias a Dios, por Su misericordia mostrada hacia nosotros, a través de toda la historia humana, desde proveer para un novio vino para su boda, hasta Su máxima muestra de gracia al venir a morir y resucitar por nosotros.
Jesús. La Señal. “Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea.” –Juan 2:11
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