El cedro del Líbano

Tomado de: La Buena Semilla
Por María Lozano

 El justo florecerá como la palmera; crecerá
como cedro en el Líbano. (Salmo 92:12)
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae. (Salmo 1:3)

El cedro del Líbano es un árbol excepcional, de una sorprendente majestad y de un olor embriagador. Su madera tiene una textura incomparable. Habitualmente crece en la alta montaña libanesa donde se desarrolla con frondosidad. En la Escritura el cedro simboliza todo lo que es digno en la vida del cristiano. El joven y débil plantón del cedro se transforma, por medio de un crecimiento regular, en un poderoso señor del bosque. Así debería cumplirse el crecimiento espiritual en cada cristiano, es decir, en cada persona que está en regla con Dios, en la cual el Espíritu de Dios implantó una nueva vida espiritual. ¿Cuáles son las principales cualidades de la madera del cedro?

Lustrada, es de magnífico aspecto.

Desprende un olor penetrante, un aroma sutil.

Tiene la reputación de repeler insectos de toda clase.

Es una madera muy resistente, casi imputrescible.

Creyentes, aquellos que viven en nuestro entorno, ¿Pueden respirar el perfume de la presencia de Cristo en nuestra vida? ¿Es nuestra presencia un antídoto contra el mal difundido en este mundo alrededor de nosotros? ¿Resistimos a este sin debilidad ni concesión? A eso somos llamados, es decir, a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, nuestro Maestro.   

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