Por María Lozano
El que no carga con su propia cruz para seguirme luego, no puede ser discípulo mío.
Lucas 14:
Señor, dame un corazón invariable que esté dispuesto a sufrir por tu nombre y que no se avergüenza de proclamar las buenas nuevas de que Jesús ha resucitado y que Él vive! Vivo porque Jesús ha vencido a la muerte por mí. Él murió y resucitó de entre los muertos para darme esperanza eterna. Quiero conocerlo, y comprender que el poder de su resurrección forjará mi vida para ser un testigo fiel.
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