Dios te conoce Intimamente

Tomado de: Joyce Meyer
Por María Lozano

Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh Señor, ya la sabes toda. (Salmos 139:4)
Puesto que nos relacionamos con Dios individualmente, y es la manera como lo Él quiere, así también oramos individualmente. Incluso cuando oramos colectivamente con otros, seguimos siendo individuos; simplemente unimos nuestros corazones con otros como una sola voz. Durante esos momentos colectivos de oración, creo que Dios quiere que nuestros corazones estén en unidad mucho más de lo que Él quiere que nuestro método de orar sea igual....
Cuando decimos: «Señor, enséñame a orar», le pedimos que nos enseñe a orar de una manera distintivamente personal y permitir que nuestras oraciones sean expresiones fáciles y naturales de quienes somos. Se supone que no debemos verificar nuestra individualidad en la puerta del armario de oración. Necesitamos ir a Dios tal y como somos y darle el placer de disfrutar de la compañía del «original» que Él ha hecho en cada uno de nosotros. Necesitamos acercarnos a Dios con nuestras fortalezas, debilidades, autenticidad y todo lo demás que maravillosamente nos distingue de todas las otras personas en el mundo. Dios disfruta reunirse con nosotros donde estamos, desarrollando una relación personal con nosotros y ayudándonos a crecer para convertirnos en todo lo que Él quiere que nosotros seamos. Es refrescante darse cuenta de que podemos venir a Dios tal y como somos y estar relajados en Su presencia.

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