Tomado de: Ana María Álvarez -Escritora
Por María Lozano
Él se acercó a su amaday le confesó embobado:
_Tú eres como una rosa azul...
_ ¡¿Como una rosa azul?!
_ ¡Sí! Eres por eso
única, frágil, seductora.
Sorprendentemente mágica, enamoras...
_ ¿Qué dices? ¿Te gusta agasajar con las palabras?
_ Es que tú eres así. Como una rosa azul:
Inigualable, perfecta
y atractiva,
que con sólo mirarte...
me cautivas..
_ No existe rosa azul y me estás comparando.
Por lo tanto...
no existo.
Me has estado engañando._
El amado colocó
esa rosa en su mano.
Ella allí pronunció
muy bajo musitando:
_ ¿Cuándo y cómo esa rosa para mí has hallado?
Y él le dijo al oído :
_ Cuando te conocí,
lo imposible he logrado.
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