Jesús sabe cómo te sientes

 Tomado de: El Regalo ( Max Lucado)

Por María Lozano

Jesús sabe cómo te sientes. ¿ Estás presionado en el trabajo? Jesús sabe cómo te sientes. ¿ Tenes que hacer más de lo que es humanamente posible? Él también hizo eso. ¿ requiere la gente más de lo que te da? Jesús entiende eso. ¿ No te escuchan tus adolescentes? Tus estudiantes, ¿no lo intentan? Jesús sabe cómo te sientes.
Eres precioso para él. Tan precioso que vino a ser como tú para que acudieras a él.
Cuando luchas, él te escucha. Cuando anhelas, te responde. Cuando preguntas, te oye. Él ha estado ahí.
Al igual que el pequeño de la historia que sigue, Jesús te ve con un corazón compasivo. Él sabe que eres especial….
Un niño entró en una tienda de mascotas, en busca de un cachorro. El dueño de la tienda le mostró una camada en una caja. El niño miró a los cachorros. Tomó a cada uno, los examinó y los colocó de nuevo en la caja.
Después de varios minutos, se dirigía de nuevo al propietario y le dijo: “Elegí uno. ¿Cuánto me costará?”.
El hombre le dio el precio y el niño prometió regresar en pocos días con el dinero. “No tomes demasiado tiempo”, le advirtió el dueño. “Los cachorros como estos se venden muy rápido”.
El muchacho se dio vuelta y sonrió a sabiendas. “Eso no me preocupa”, dijo: “El mío todavía estará aquí”.
El muchacho se fue a trabajar, lavando ventanas, limpiando patios y otros trabajos más. Trabajó duro y ahorró su dinero. Cuando tuvo lo suficiente para el cachorro, regresó a la tienda.
Así que se dirigió al mostrador en el que puso un puñado de billetes arrugados. El dueño de la tienda ordenó y contó el dinero en efectivo. Después de verificar la cantidad, le sonrió al niño y le dijo: “Muy bien, hijo, puedes ir a buscar tu cachorro”.
El niño metió la mano en la parte posterior de la caja, sacó un perro flaco con una pierna coja y se dispuso a salir.
El propietario lo detuvo.
“No tomes ese cachorro”, le objetó. “Está tullido, No puede jugar. Nunca podrá correr contigo. No puede buscar cosas. Agarra uno de los que están sanos”.
“No, gracias, señor”, respondió el muchacho.
“Este es exactamente el tipo de perro que he estado buscando”.
Al volverse el niño para salir, el dueño de la tienda iba a decirle algo, pero se quedó en silencio. De pronto comprendió. Vio que, en la parte inferior de los pantalones del chico sobresalía un soporte, el cual sostenía su pierna lisiada.
¿ Por qué quería el niño aquel perro? Porque sabía cómo se sentía. Y sabía que era muy especial.

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