Por María Lozano
Alégrate, joven…anda en los caminos
de tu corazón y en la vista de tus ojos;
pero sabe, que sobre todas estas cosas
te juzgará Dios
Eclesiastés 11:9.
Eclesiastés 11:9.
Usted es joven, rebosa de energía y tiene la cabeza llena de
proyectos. ¡Ese es el privilegio y la riqueza de la juventud, pero a esos
proyectos hay que agregar una dimensión que sobrepasa los aspectos puramente
materialistas!
Un cristiano preguntó a un estudiante:
¿Qué proyectos tienes para el futuro?
-Espero estudiar derecho.-¿Y Luego?
-Me gustaría casarme, fundar una familia y tener una
estabilidad laboral!
-¿Y luego?
-Espero ganar mucho dinero, jubilarme temprano y dedicarme a
recorrer el mundo, que es algo con lo que siempre he soñado.
-¿Y luego?
-Ya está; no tengo más proyectos.
El cristiano dijo:-Joven, tus proyectos sólo cubren unos 75
años, 100 como máximo, y pueden ser destruidos en un instante. Haz proyectos
bastantes grandes para incluir a Dios y
suficientemente vastos para abarcar la
eternidad.
Dios, la eternidad…Hasta hoy quizás estas cosas no le hayan
preocupado. El Dios “que habita la eternidad” (Isaías 57:15) tiene proyectos para
usted, no sólo para esta tierra, sino para la eternidad, a fin de darle vida
eterna”(Juan 5:24). Lea la Biblia. Aprenderá
que Dios se acercó a usted en la persona de su Hijo Jesucristo. Depositando en
él su confianza, usted entrará en lo que Dios ha preparado para el que “ en él
espera” (Isaías 64:4). ¡Entonces sus proyectos tomarán otra dimensión!.
¡Que Dios le ayude a tomar esa decisión!