GUÍA

tomado de Renuevo de Plenitud
Por María Lozano





“Te haré entender, te enseñaré el camino en que debes andar, sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8)

El salmista nos deja hoy un precioso pensamiento. Dios nunca nos deja a la deriva. Es el único que siempre está a nuestro lado para marcarnos el camino y aunque nos equivoquemos siempre está disponible para ayudarnos y no para recriminarnos los errores. Dios siempre tiene la intención de marcarnos el rumbo, de señalarnos el camino, de dejarnos señales para guiarnos.

La película “La tormenta perfecta”, cuenta la historia de un barco pesquero en medio de una tormenta de huracanes, que en un momento, por los vientos tan fuertes que había los marineros simplemente dejan que el barco sea arrastrado, tenían un rumbo incierto, no sabían dónde iban a para. Era terrible ver la escena del barquillo desprotegido en medio de la furiosa tempestad. Sin salida posible, sin solución, sin esperanza, sin ayuda. Solo esperando la última ola que finalmente los de vuelta y los ahogue.

Es la misma imagen que debe tener Dios de nuestra vida, cuando nos alejamos de sus consejos. Parecemos un barco a la deriva. Por eso nos deja tres mojones para no perdernos:

Primero, nos abre la visión de otra realidad. Frente a tantas enseñanzas que recibimos diariamente, Dios nos propone un estilo de vida distinto, santo.

Segundo, nos educa y nos da los elementos para poder vivir esa vida diferente
Alcanza con leer la Biblia, para conocer los consejos de Dios.

Tercero, promete cuidarnos y velar por nosotros. Él tiene especial cuidado de tu vida y se preocupa y duele cuando errás el camino.

No es fácil vivir como Dios quiere en medio de una sociedad tan corrupta, con los valores tan cambiados y tan perturbada como lo que nos toca vivir, hoy se miente, se es infiel, se es malhablado, se es tramposo y todos lo aceptan, incluso lo aplauden. El que no llora no mama y el que no roba es un gil (dice un famoso tango).
Pero Dios propone otro estilo de vida. Y espera que seas valiente para vivirlo.
Él te da los elementos para que vivas de una manera diferente y sigas la guía que te marca la Biblia para actuar. Solo hace falta tu voluntad.

Reflexión- La mejor de las guías es inútil frente a tu testarudez.
¡Que Dios sea tu guía!  

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