Por María Lozano
Y le dijo: «He oído la oración y la súplica que me has hecho. Consagro este templo que tú has construido para que yo habite en él por siempre. Mis ojos y mi *corazón siempre estarán allí. 1 Reyes 9:3
“Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu *nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey.» En aquel tiempo yo era copero del rey”.
Nehemias 1:11
“Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración”. Salmos 4:1
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