Por María Lozano
Como el agua refleja el rostro,
Así el corazón del hombre refleja al hombre.
PROVERBIOS 27: 19
REFLEXIONA
En nuestras relaciones como creyentes, para nuestro bien espiritual, es necesario que haya intercambios personales cara a cara. En efecto, sin verse ¿Cómo se podría trasmitir una sonrisa, expresar el afecto que sentimos por alguien? Retengamos el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, quien no se conformo con hablarnos desde el cielo, sino que él, vino en persona hasta nosotros bajo forma humana, para que los hombres pudiesen verlo y hablarle. El mismo Jesús se acerco a un leproso, a un minusválido y a una mujer culpable, lo escuchó, lo miró, lo tocó y le habló.
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