Por María Lozano
Cuando aceptamos a Jesús en nuestros corazones, pasamos a ser llamados hijos de Dios y adquirimos una nueva identidad, donde la adoración ocupa un rol fundamental.
En nuestra nueva naturaleza hay una necesidad de volvernos adoradores, porque cuando eso sucede permitimos que se manifieste en su plenitud nuestra identidad como hijos de Dios.
Que nos dice la palabra:
Romanos 8:19
“Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.
Esto nos habla sobre la creación aguardando que nos manifestemos en la plenitud de nuestra identidad como hijos de Dios....
Adorar es sinónimo de rendir nuestra vida voluntariamente a una persona u objeto.
El motivo de nuestra adoración se vuelve aquello que nos consume por dentro, y en torno al cual gira todo nuestro ser.
Volvernos adoradores es volver a nuestra esencia original, que vemos en Génesis: personas que caminan con Dios, porque tienen su corazón alineado al suyo y viven cómo a Dios le agrada..
A donde esta alineado tu corazón..........Reflexiona en tu intimidad con Dios.........
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