Por María Lozano
La duda y la incredulidad son ladrones de gozo, pero la fe semejante a la de un niño libera el gozo que reside en nuestro espíritu por el Espíritu Santo que vive en nosotros. Como vemos en Gálatas 5: 22-23, un fruto del Espíritu Santo es gozo. Por lo tanto, como estamos llenos del Espíritu Santo de Dios, nosotros los creyentes deberíamos expresar gozo y disfrutar nuestra vida.
Podemos verlo así: el gozo se encuentra en la parte más profunda de la persona que ha aceptado a Jesús como Salvador; el gozo está en el espíritu del creyente. Pero si nuestra alma (nuestra mente, voluntad y emociones) está llena de preocupación, pensamientos negativos, razonamientos, duda e incredulidad, estas cosas negativas se volverán como una pared que detenga la liberación del gozo que vive dentro nuestro.
El apóstol Pedro dijo que echáramos nuestras ansiedades (angustias, preocupaciones, inquietudes) sobre el Señor (1 Pedro 5:7). Pablo exhortó a los creyentes de su época: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4: 6-7).
Manténga su mente llena de pensamientos felices y agradecidos, y a medida que confíe en Dios, Él se encargará de sus problemas.
El pla de Dios para nosotros, de hecho, es tan simple que muchas veces lo perdemos de vista. Tendemos a buscar algo más complicado – algo más difícil- de lo que se espera que hagamos para agradar a Dios. Pero en Juan 6: 29; Jesús nos dijo lo que tenemos que hacer para agradar al Padre: ¡Que creamos!
Hace unos años, comencé a darme cuenta de que era una persona muy complicada y que mi hábito de complicar las cosas me estaba robando el gozo; estaba evitando que realmente disfrutara la vida. Fue entonces que Dios comenzó a hablarme de simplicidad....
Con frecuencia escribo en un diario o cuaderno las cosas que Dios me está enseñando o que está tratando conmigo. Estas son algunas de las cosas que escribí cuando estaba realmente batallando con encontrar mi gozo.
He estado batallando internamente por un largo tiempo con algo que no puedo definir. Creo que Dios me está sacando de ser complicado o está tratando de enseñarme a “ser” en lugar de “hacer” todo el tiempo. Está tratando de enseñarme a disfrutar cosas sencillas.
Parece que sigo buscando algo que hacer en mi tiempo libre que realmente disfrute y sigo sin encontrar nada. Esta noche, parece ser que el Señor me dijo: “Aprende a disfrutar las cosas sencillas de la vida”. Y entonces escribí: “Señor ayúdame. Ni siquiera sé lo que es la sencillez”.
Tuve que aprender, y sigo aprendiendo, lo que es la sencillez y cómo abordar las cosas con una actitud simple. Una de las cosas que he aprendido es que creer es mucho más sencillo que dudar. La duda trae confusión y con frecuencia depresión. Provoca que salgan de nuestra boca cosas negativas llenas de dudas.
Creer, por otro lado, libera gozo y nos libera para disfrutar la vida mientras Dios se encarga de nuestras circunstancias y situaciones.
Suena casi demasiado bueno para ser verdad, y es exactamente por eso que muchas personas nunca entran en el plan de Dios.
Hay incontables personas que han aceptado a Jesús como su Salvador. Van camino al cielo, pero no están disfrutando el viaje.
Vivir es como obtener una casa nueva de regalo. Usted recibe la llaves: al garaje, a la puerta principal, a la puerta trasera, al sótano y a todas las habitaciones de la casa que tienen cerraduras. La casa le pertenece; pero puede tenerla toda su vida y nunca vivir en ella ni disfrutarla si no usa las llaves para abrir las puertas y entrar.
Con frecuencia lo que evita que entremos a disfrutar la vida que Dios nos ha otorgado libremente es nuestra propia consciencia de pecado.
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