Por María Lozano
Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera, y su grandeza es inescrutable.
Salmos 145:3
El Señor nos enseña a poner nuestra mirada en las cosas de arriba y a que utilicemos cada día para ayudar a abrir los ojos de una persona que se encuentra cegada por los pecados del mundo y que no la deja recibir sus bendiciones. Él quiere que veamos las cosas más grandes. Él abre los cielos para que nuestros ojos puedan ver su Reino venidero y su grandeza.
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