Por María Lozano
Si tú eres el Dios de mi refugio: ¿por qué me desamparas? ¿por qué tengo que andar tan afligido bajo la presión del enemigo?
Salmo 43:2
Señor, te pido que me conviertas en una fuente de fuerza espiritual inquebrantable para mí mismo y para mi familia. Te alabo por hacer de mí una persona fuerte. Sé que siempre estás presente para darme fuerza y me levantas cuando me siento débil, tú conoces el dolor de las promesas rotas hechas por amigos y hasta a veces de mis familiares. Gracias por brindarme el gozo de conocer a tu hijo Jesús me da fuerza y esperanza.
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