Por María Lozano
El Señor reina para siempre, tu Dios, Sión, de generación en generación. ¡Aleluya!
Salmo 146:10
DEVOCIONAL:
Señor, he decidido servirte por el resto de mi vida y confieso con mi boca que, Jesús es mi Señor y Salvador. Reconozco Tu maravillosa gracia en mi vida y te alabo por la expulsión de pecado, el dolor, la duda y la oscuridad de mi corazón a través tuyo. Dios reina sobre todo. Como los ojos de una madre miran a su hijo, así mis ojos te miran a Ti.
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