Tomado de: Momentos de quietud con Dios
Por María Lozano
Cada primavera, las flores silvestres brotan en abundancia en un Lugar de Idaho llamado “Cráteres de la luna”. Alimentadas por la nieve fundida y lluvias ocasionales, las flores primaverales salen en la roca de lava que dejó un antiquísimo volcán. Es un asombroso espectáculo ver los pequeños y delicados capullos de las flores silvestres llenare de vida entre las enormes y ásperas rocas.
Los espectadores pueden seguir senderos por entre las rocas de lava para descubrir los sorprendentes lugares que las diferentes clases de flores encuentran para poder crecer. El lapso de vida de las frágiles flores puede ser tan breve como un solo día si los soplan en la zona. Aun cuando no hay vientos, el máximo tiempo que sobreviven es aproximadamente tres semanas.Cuando Jesús enseñaba a sus seguidores, a menudo se sentaba en los campos. Es posible que estuviera sentado en una colina de Judea, entre las flores silvestres de primavera, cuando señaló a los lirios y animó a los que se preocupaban a no ser ciegos ante el hecho de que Dios cuida de toda su creación, incluso de una efímera flor silvestre. Si ÉL cuida de ellas sin duda cuidará de nosotras.
¿Cómo evitamos las preocupaciones? Aumentando la fe en nuestro Dios que nos ama. Comenzando cada día enfocadas en Él, no en nuestros temores, y recordando su amoroso cuidado aun de la breve vida de una flor silvestre.
“ Considerar los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno.
¿Cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? “.
Lucas 12: 27-28
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