Legado en el lavaplatos

 Tomado de: Momentos de quietud con Dios

Por María lozano

La abuela de Corinna nunca fue a un seminario, pero sí que sabía predicar. Desde su púlpito en el lavaplatos de la cocina daba sermones mientras frotaba los platos de la cena. Su congregación de familiares reunidos trabajaba con ella recogiendo la mesa, secando los platos y guardando las cacerolas y las sartenes. 

Corinna quería ser como los niños de la vecina, que devoraban sus comidas, dejaban los platos sobre la mesa y salían por la puerta trasera a jugar. Pero la abuela no permitía nada de eso. Si a Corinna se le llegaba a ocurrir poner alguna excusa para no realizar sus labores, la abuela le respondía con la frase: “Si no trabajas, no comes”. Cuando la abuela terminaba su sermón, ya era de noche, y Corinna tenía que esperar hasta el día siguiente para poder jugar con sus amigos. Así aprendió rápidamente a hacer sus labores sin excusas ni quejas pues, si no hacía así, la abuela le recordaba que “hiciera todas las cosas sin quejarse”.
La abuela parecía tener una frase para cada situación. Si alguien estaba molesto por el trato que había recibido de un amigo, un dependiente o un vecino, ella respondía con: “Haz con los demás como quieras que ellos hagan contigo”. O si oía a alguno de los niños planeando hacer alguna travesura, enseguida les decía; “Estén seguros de que su pecado los alcanzará!.
Tuvo que pasar mucho tiempo para Corinna descubrir que las perlas de sabiduría de la abuela provenían de la Palabra de Dios. Las palabras de Jesús a sus discípulos eran la respuesta de la abuela para los malos modales. Las palabras de Pablo a los tesalonicenses y los filipenses eran de ánimo de la abuela para que ella realizara sus tareas sin quejarse. Y las palabras de Moisés a los errantes israelitas en el desierto eran la desaprobación de la abuela de las cosas malas.
El ejemplo de la abuela demuestra que cada día los quehaceres pueden utilizarse como una oportunidad para expresar el amor de Dios.
Deberíamos comportarnos con nuestros amigos como quisiéramos que ellos se comportaran con nosotros.
“ Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”.
(Lucas 6: 11).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Si supieras

 Tomado de: Entre café y libros. ^pr María Lozano Si supieras que te has convertido en mi secreta obsesión. En mis sueños de cada noche. En ...