Tomado de: Irina Paz
Por María Lozano
Cuando las sombras de la noche acompaña el caminoy el día está durmiendo,
busca la mirada de sus luceros,
que en silencio gritan
¡cuánto la quiero!
¡Qué daría por dar vida,
a su corazón de hierro!
Si es posible le daría
hasta
la sangre de su cuerpo..Blanca Rosa, pura y fina
con sus pétalos de hielo,
le robó de sus latidos
sin siquiera proponérselo.
Se ha vestido de rojo
con la savia de sus besos
y en el temblor de sus hojas,
sus suspiros quedaron preso.
Era mejor morir de amor,
que vivir en desconsuelo,
la noche vino a robarse
las lágrimas de los luceros...
®Irina Irarrázabal
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