EN BUSCA DE LA VERDAD


Tomado de La Buena Semilla
Por María Lozano

EN BUSCA DE LA VERDAD
He venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquél que es de la verdad, oye mi voz. (Juan 18:37).

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre. (Juan 8: 31-32).

Nuestra gran prioridad debería ser buscar la verdad. La mentira y la falsedad nos ciegan, hacen que suframos y que hagamos sufrir a los demás. Nos unen al mal y hacen que entremos en el ámbito de la actividad de Satanás, el padre de mentira y príncipe de las tinieblas.
La verdad no es un objeto que uno posee, ni un instrumento para dominar a los demás. La verdad es una luz que penetra en nosotros y nos libera. Es necesario que nos dejemos traspasar y renovar por ella.
“Compra la verdad, y no la vendas”, dice claramente la Biblia (Proverbios 23:23). Para buscar la verdad hay que pagar un precio; y esta trayectoria puede ser dolorosa; tal vez seamos incomprendidos. Además, a medida que la verdad nos ilumine, seremos concientes de lo que está mal en nosotros. Por ello la verdad no debe estar separada de la gracia. Jesús vino a traernos la gracia y la verdad.
Jesucristo vino al mundo para ser testigo de la verdad. Él es el camino, la verdad y la vida. Es el camino que conduce al Padre, la verdad que nos revela quiénes somos, y sobre todo quién es Dios. Jesús es la vida, pues por medio de él podemos relacionarnos con el Dios vivo.
Esta búsqueda de la verdad nos conduce a Jesús, quién dice: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
¡Que nuestro Padre ilumine nuestro camino!

UNA LECCIÓN EN TRES ETAPAS



Tomado de La Buena Semilla
Por María Lozano




UNA LECCIÓN EN TRES ETAPAS

Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
(Hebreos 12: 11)

Manuel, un niño de tres años, se impacientaba. Llevado en hombros de su padre, la excursión por la montaña le parecía larga; quería caminar solo. Su padre le explicó con firmeza; “Mira Manuel, papá es el que dice y decide cuándo te pondrá en el suelo. El camino todavía es demasiado difícil para ti”. Manuel resignado, empezó a tararear una cancioncilla improvisada; “Papá es el que decide…”.
Muy a menudo, ¿No necesitamos estas tres etapas para crecer en la fe?.
Primero debemos aprender la paciencia. Pensamos que las cosas irían mejor si tuviésemos más libertad para hacer o pensar lo que queremos…
Pero es necesaria una segunda etapa, es decir, la disciplina de nuestro Padre celestial. En vez de concedernos más independencia nos frena mediante un fracaso, una enfermedad, tristeza…habla a nuestra conciencia por medio de la Biblia; a veces también lo hace a través de un amigo creyente o de una persona de nuestro entorno.
Estemos atentos como Manuel y pasemos rápidamente a la tercera etapa. No es la etapa de la resignación, sino de la completa aceptación de la voluntad de Dios, que siempre nos ama. Vivamos con él todas las situaciones que permita, pues él conoce perfectamente nuestras necesidades. Nos forma para hacernos progresar. La obediencia consciente y de corazón al Señor nos conducirá también a alabarle.
¡El Señor es nuestro cuidador!

LA SOLUCIÓN DE DIOS



Tomado de La Buena Semilla
por María Lozano


LA SOLUCIÓN DE DIOS

La apariencia de este mundo se pasa. ( Corintios 7: 3)

El día del Señor vendrá… los cielos pasarán…y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. (2 Pedro 3: 10)

La contaminación y el calentamiento global están a la orden del día. “La degradación de nuestro capital terrestre hace que incluso el futuro del hombre sea incierto. Estamos sentados sobre una bomba de relojería y no sabemos cómo desactivarla…Pero hay que frenar esta carrera hacia el abismo… La cuenta regresiva está activada”.
Esta constatación más bien horripilante puede suscitar preguntas. ¿Qué va a suceder? ¿Cuál es futuro del hombre? ¿Hay forma de eliminar ese proceso de destrucción?
Los problemas de este mundo parecen insolubles. Dios, en la Biblia, enseña que el mundo creado cayó bajo el poder de fuerzas que lo destruyen. “Toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto” (Romanos 8: 20-22).
No obstante, Dios interviene. Él propone una solución concreta. El hombre, debido a su desobediencia, perdió el contacto con su Creador, por eso no puede tener paz ni ser feliz constantemente. Pero Jesús vino a la tierra para reconciliar al hombre con Dios. Todavía hoy Dios llama a cada persona a ir a Él por medio del único camino posible, Jesús, quien dijo de sí mismo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). ¡Este llamado es urgente! Para escapar del juicio venidero, hay que contestar.
“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Hebreos 3:7).
¡Que Dios nos de sabiduría!

El Señor del Universo es mi Padre


Tomado de La Buena Semilla
Por María Lozano


El Señor del Universo es mi Padre

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios.( Juan 10: 27).

Un niño estaba de pie en la playa. Un barco de pesca regresaba bordeando la costa. El niño hacía grandes señales para llamar la atención de los pasajeros. Cerca de él había un hombre que lo estaba observando, y le dijo: ¡No seas tonto, el barco no va a cambiar de rumbo aunque muevas los brazos! Pero inesperadamente el barco viró y se acercó a la orilla.
Echaron un bote al mar y éste vino a recoger al niño. Una vez a bordo, el niño gritó desde la cubierta; ¡Señor, no soy tonto; el capitán del barco es mi padre!
Esta historia contiene una enseñanza para nosotros, los cristianos.
¿Por qué el capitán cambió de rumbo? No fue porque el niño tuviera derecho a parar el barco, sino porque se trataba de su hijo.
Cuando las circunstancias de la vida son difíciles y no hay esperanza, ¿Puede ser que Dios cambie el curso de las cosas por un sólo hombre que ore? Sí, y el que gobierna el universo a menudo lo hace, porque el creyente que ora no solo es un hombre, sino su hijo.
Al igual que este niño de la playa, podemos ser incomprendidos, pero no dejemos de orar a Dios, a pesar de su grandeza, y a veces de su silencio, pues es nuestro Padre en Jesucristo, quien nos conoce personalmente. Aquel niño era insignificante ante un barco, pero ocupaba un lugar importante en el corazón del capitán.
¡Que Dios nos bendiga!

UN ANCIANO AGRADECIDO


Tomado de La Buena Semilla
Por María Lozano


La paz de Dios gobierne en vuestros
corazones… y sed agradecidos.

UN ANCIANO AGRADECIDO


A veces los hogares de ancianos son sitios donde hay muchas dificultades. Éstas no sólo se deben a las enfermedades y debilidades comunes a las personas mayores. Muchos problemas son el resultado de los diferentes temperamentos y costumbres de aquéllos que deben vivir juntos. Esto dificulta y agrava el trabajo del personal de asistencia. Pero Dios da a los suyos que tienen semejantes deberes y servicios las fuerzas y el ánimo necesarios.
Así lo hizo con una creyente que dirigía un hogar de ancianos. Entre sus huéspedes se hallaba un hombre singular llamado Guillermo. Cada noche, antes de acostarse a dormir, se ponía en pié en su habitación y decía con voz fuerte; Guillermo, ¡Qué buena vida tienes! A menudo, cuando las dificultades desanimaban a la directora, ella se colocaba delante de la puerta de Guillermo, cuyos agradecimientos y alegrías expresados en alta voz le hacían bien y le renovaban el ánimo para seguir cumpliendo con su deber.
Tomemos por un momento al anciano Guillermo como modelo, ¿Qué pasaría si agradeciéramos a Dios por todos sus cuidados y por el bien que nos otorga diariamente? ¿No tendríamos también motivos para estar agradecidos con nuestro prójimo? ¡Muy a menudo consideramos toda ayuda y el buen trato como normal! ¿Cuándo agradecimos a Dios por última vez por todos los bienes que recibimos?
“Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento…así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo6: 6 y 8).
Que Dios los bendiga .

SED DE SALVACIÓN


Tomado de La Buena Semilla
por María Lozano


Jesús…alzó la voz, diciendo: Si alguno
Tiene sed, venga a mí y beba. Juan 7:37
El que bebiere, del agua que yo le daré,
No tendrá sed jamás. Juan 4:14
El que tiene sed, venga. Apocalipsis 22:17

SED DE SALVACIÓN
Salmo 63

Bienaventurado el creyente que, al despertar, puede exclamar como David: “Dios, Dios mío eres tú” (v.1). No sabe lo que le traerá ese nuevo día, pero conoce a Dios y sabe que velará por él. Lo conoce de forma más íntima que David, pues recibió una promesa de Jesús, quien dio Su vida para salvar su alma, y quien, después de su resurrección, pudo decir a María Magdalena: “Vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”(Juan 20:17).
Pero David continúa diciendo: “De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti”(v.1). Quizá dudemos en apropiarnos de tales palabras. Por la mañana, antes de pensar en cualquier otra cosa, ¿Nos dirigimos a Dios para darle las gracias y pedirle su ayuda? David estaba en el desierto de Judá, una tierra árida y sin agua. No pidió un oasis refrescante con fuentes y palmeras, pues lo que tenía era sed de Dios. Necesitaba a Dios, al Dios fuerte, al Dios de amor, al Dios glorioso. Entonces no solamente satisfizo su sed, sino que su alma también fue saciada. El desierto no había cambiado, sin embargo pudo cantar: “Has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré”(V.7). El día puede empezar y, a pesar de las preocupaciones que traiga, el redimido sigue a su Señor, sostenido por su poderoso brazo.

EL LIBRO DE LA VIDA



Tomado de Reflexiones del alma
Por María Lozano

Cada día la vida te ofrece una página en blanco en el libro de tu existencia.
Tu pasado ya está escrito y no puedes corregirlo; en sus páginas amarillentas puedes encontrar tu historia, algunas con suaves colores, otras con oscuros matices….
Recuerdos bellos de tiempos gratos y también algunas páginas que quieras arrancar para siempre.
Pero hoy, en este día, tienes la oportunidad de escribir una página más.
Está en tus manos, escoger los colores que tendrá. Pues aún a la adversidad se le pueden poner matices de serenidad para convertirla en una bella experiencia.
¿Cómo escribirías el día de hoy?
Tan sólo depende de tu voluntad y optimismo hacer que la página del día de hoy en el libro de tu vida, sea una página que en el futuro quieras atesorar como un bello recuerdo.
Si supieras que sólo vas a vivir un día más, ¿Qué harías? ¿Cómo lo vivirías?
Sin duda, te asegurarías de estar en paz con DIOS y con los que te rodean, disfrutando de los rayos del sol, de la suave brisa, de la alegría de tus hijos, del amor de quien te acompaña para siempre en el amor, de tantas y tantas bendiciones que la vida nos pone al alcance de la mano y que muchas veces no sabemos valorar.
Agradece a DIOS el regalo que te da hoy y la oportunidad de convertir este día en una página de las que vale la pena recordar en el libro de tu existencia. Recuerda que a pesar de todas las situaciones adversas, está únicamente en tus manos vivir el día de hoy como si fuera el primero, como si fuera el último, como si fuera el único en el libro de tu vida.
¡Que todos tus días sean dichosos y estén llenos de paz!

REGALOS


Tomado de Reflexiones para el alma
por María Lozano

Anoche pensé en ti, pensé tanto, que sentí ganas de darte un regalo.
Después pensé que era mejor darte, no uno, sino varios regalos.
Pensé que tenían que ser cosas que a ti te gustaran y que además fueran útiles.
Así que hoy me levanté más temprano y fui a buscar todo lo que había pensado para ti.
Compré sol, lluvia, viento rocío y tan solo 5 gramos de lágrimas.
Compré un paquete de razón para que la mezcles con otro de buenos sentimientos.
Y también compré sinceridad para que la uses en todo momento y situación.
En el almacén también había un frasco enorme de comprensión y como el vendedor me dijo que últimamente tenía poca salida, decidí comprártela.
Compré romanticismo y gentileza, para que los puedas usar con las personas queridas.
En el almacén también había un frasco grande de orgullo, pero no te lo compré, porque sé que no es útil.
Compré cajas de amor y de paz, así como de esperanza, para que las uses cuando todo parezca perdido.
Pero déjame decirte que en el almacén vi algo muy triste…Ví a muchas personas comprando soledad, eran tantas que al final este producto se agotó.
Pero yo, en lugar de eso, te compré dos grandes paquetes de amistad y de compañerismo.
Y finalmente, te compré un gran corazón, para que puedas guardar todos estos regalos.
Ahora te los mando con todo mi cariño, deseando que tengas un maravilloso día y que aproveches para lucir en tu rostro, este pequeño paquete de sonrisas, que también te compré.
¡Que lo disfrutes!

Qué es mejor, ¿reir o llorar?


Tomado de la Buena Semilla
por María Lozano

Qué es mejor, ¿reír o llorar?
La risa es una expresión de felicidad más o menos ruidosa, es decir traduce la alegría de vivir y el buen humor.
¿No queda impresionado al constatar la gran competencia que hay entre la radio, la televisión y el mundo del espectáculo en la creación minuciosa de bromas, escenas cómicas y emisiones cada vez más “graciosas”, pero a menudo malsanas ?.
Existe un gran número de cómicos, y muchos idolatran a sus estrellas preferidas.
Para nosotros, creyentes, existe el peligro de dejarse seducir por cosas que parecen triviales, o incluso agradables, pero en realidad llenan un vacío espiritual con una felicidad artificial. ¡Qué pérdida de tiempo! ¡Cómo insensibiliza nuestra conciencia! Prestemos atención a las advertencias de la Biblia: “Ay de vosotros los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis”(Lucas 6:25). No, la vida no es solo diversión. No está prohibido reír, por supuesto, pero no nos dejemos anestesiar por el espíritu de despreocupación y ligereza que reina en nuestra época. El sabio Salomón dijo: “Aún en la risa tendrá dolor el corazón, y el término de la alegría es congoja” (Pr.14:13). Sepamos alegrarnos en el Señor Jesús, en la lectura de la Biblia, en la oración, en la alabanza y cada vez que descubramos manifestaciones de su bondad en nuestra vida cotidiana. Entonces podremos decir a Dios:”Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto” (Salmo 4:7).

La enseñanza de los girasoles

Tomado de LA BUENA SEMILLA
Por María Lozano



¿Se ha fijado usted alguna vez cómo esta planta gira su enorme flor hacia el sol? El girasol nos da, pues, una enseñanza. El sol es fuente de luz y calor. Necesitamos la luz para vivir, para conducirnos y para tomar buenas decisiones. Para ser felices y estar seguros en un mundo difícil necesitamos calor.
¿Hacia dónde dirigirnos a fin de tener la respuesta a nuestras necesidades?
Hacia Dios mismo, por medio de la fe. En efecto, Dios quiere dar luz y calor a cada uno, pero esto sólo es posible si nos volvemos a él por medio de su Hijo Jesucristo. Sí, Jesús vino,”luz del mundo” (Juan 8:12) para todos los pueblos, luz enviada por Dios, hecha de ese resplandor que es gracia y verdad. Al recibirlo en lo más profundo de nuestro ser, nos trasmite la vida de Dios para que gocemos de una nueva relación con nuestro Creador.
Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).Para no tener que ir a las tinieblas eternas, lejos de Dios, dirijámonos a Jesús.
Y nosotros los creyentes, si seguimos a Jesús, caminaremos bajo su luz y seremos testigos de ella. La Biblia dice: “El fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad” (Efesios 5:9). Así como las flores del girasol producen aceite, el creyente que fija su mirada en Dios muestra sus caracteres de bondad, rectitud y verdad.

¿Dónde está tu Dios?


Tomado de la Buena Semilla
por María Lozano

Esta es la pregunta que en el Salmo 42:10, el incrédulo hace al creyente que pasa por una gran prueba: Respondamos por medio de la Palabra de Dios.
Nuestro Dios está por encima de nosotros: “El Señor es Dios arriba en el cielo, y abajo en la tierra” (Dt. 4:39).
Nuestro Dios está por debajo de nosotros: “El eterno Dios es tu refugio y acá abajo los brazos eternos” (Dt.33:27).
Nuestro Dios está delante de nosotros: “El Señor iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles” (Èx.13: 21).
Nuestro Dios está detrás de nosotros: “Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano” (Salmo139: 5)-
Nuestro Dios está alrededor nuestro: El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen y los defiende” (Salmo 34: 7).
Nuestro Dios está cerca de nosotros: Cercano está el Señor a todos los que le invocan” (Salmo 145:18).
Nuestro Dios ( en Jesús) está con nosotros: “ Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo: (Mt 28: 20)-
Nuestro Dios (en el Espíritu Santo), está en nosotros: ¿Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? “ (1.Co.6:19).

AGÁRRATE A LA CUERDA

Tomado de la Buena Semilla
por María Lozano

Misericordioso y clemente es el Señor. (Salmo 103:8)
El que encubriere sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.(Proverbios 28:13)

Todo empezó con un paseo por el puerto pesquero. De repente el pequeño Francisco resbaló por la piedra mojada del muelle y cayó a las oscuras aguas. El niño aún no sabía nadar; así que dejaba de moverse en todos los sentidos; se hundía, salía a la superficie y volvía a hundirse…Un pescador; quien desde su barco amarrado al muelle vio lo que estaba sucediendo, tomó rápidamente una cuerda y la lanzó hacia Francisco. “¡ Francisco agárrate a la cuerda y déjate llevar!”, gritaban sus angustiados padres. El niño, ya sin fuerzas, tomó la cuerda. Entonces una mano firme lo sacó del agua…¡Ahora estaba a salvo!
La misericordia divina se parece a una cuerda tendida a nuestra miseria. Quizás usted tenga la impresión de estar ahogándose; está luchando solo para salir de las garras del alcohol, de la droga o de un vicio. Mientras la cabeza parece que sus esfuerzos valen la pena, pero en cuanto vuelve la recaída, usted se hunde. Necesita ayuda, y esa ayuda existe. Dios lo ama tal como es, y espera que le pida auxilio.
Háblele de su miseria, pídale perdón por lo que lo esclaviza y de lo que gustaría ser liberado. Ponga en sus manos toda su vida. Dios le dará a conocer a Jesucristo, su Hijo, un Salvador maravilloso, un libertador.¡Vaya a él sin tardar!

La lección del leproso

Tomado de la buena semilla
por María Lozano

Es cierto que en Madagascar tenemos mucho motivos para estar gozosos, pero también hay momentos de desánimo por ejemplo, cuando el paludismo nos azota o sucede algo grave.
Ese día precisamente estaba desanimado. Cuando llegué al lugar de reunión empezó a orar así:
¿Por qué permites esto? ¿Por qué tengo que estar desanimado? ¿ Por qué estoy mal de salud? Yo que lo di todo…
De repente entró un leproso. Estaba ciego y para desplazarse no le quedaba otro remedio que ir de rodillas.
Creyendo que estaba solo, empezó a orar en alto voz. Era una oración de alabanza, de acción de gracias, una oración maravillosa. Ya no recuerdo todo lo que dijo, pero si me acuerdo de estas palabras; Te doy gracias por todo lo que hiciste por mí durante mi vida. Incluso te doy gracias por esta enfermedad. Si no hubiese contraído la lepra, me hubiese quedado en la selva. Seguramente sería un hombre rico, pues tengo cebús y arrozales, pero no te hubiese conocido nunca. Debido a esta enfermedad vine a parar al sanatorio, y fue ahí donde te conocí. Conocerte vale más que todo lo demás. Te doy gracias por todo, incluso por esta enfermedad”.
Me quedé sin palabras y me eché a llorar, y en voz baja finalicé mi oración diciendo: Perdóname Dios mío. No murmuraré nunca más contra tí.

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