LOS OJOS



Tomado de Reflexiones para el Alma
Por María Lozano

LOS OJOS

Una joven que había perdido la vista, estaba amargada y resentida con la vida y con todos por no poder ver.
Su mal humor era evidente, odiaba a toda su familia y amigos, pero había alguien a quien amaba con todo su corazón, su novio.
Su problema de ceguera era muy serio, pero existía una remota posibilidad de recobrar la vista a través de un transplante.
Pasados unos meses, le avisaron de que habían encontrado un donante y la operaron con éxito.
Cuando le retiraron las vendas sus ojos brillaban de emoción y como siempre, allí a su lado pudo reconocer a su novio.
De pronto en medio de ese momento tan especial, el joven le preguntó: Mi amor, quieres casarte conmigo. Ella con un gesto de sorpresa respondió:
-No, claro que no, yo no sabía que tu eras ciego, nunca me lo dijiste y siempre creí que tú podías ver.
El novio, sorprendido por la respuesta, se despidió y salió de la habitación.
Al volver a recostarse sobre su almohada, ella notó que había un sobre. Lo abrió y pudo leer:
Solo te pido que cuides muy bien de mis ojos, pues te los regalé para que puedas apreciar y disfrutar la creación maravillosa de Dios. Te amo, con todo mi corazón.

¡Qué diferencia de actitud sobre la vida!
¡Que gran diferencia entre una actitud egoísta y un amor profundo y real.

El amor de verdad, el amor con mayúsculas se demuestra cuando estamos dispuestos a sufrir en lugar del otro.
Ésa es la clave de amor del que Jesús nos habló y del que además nos dio un ejemplo impresionante, cuando eligió morir en la cruz en el lugar que nos correspondía a ti y a mí-

“No hay amor más grande que el que es capaz de dar su vida por la de sus hermanos”

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