ORDEN


Tomado de Devocional PC "Tu momento con Dios cada dia"
por María Lozano
“Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo
Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede
En tu casa”. (Lucas 19:5)


Las señoras siempre tratan de tener su casa ordenada y linda pero cuando esperan visitas se esmeran más. Se preocupan para arreglar cada pequeño detalle. Saben que su casa las representa.

Era conocida la fama de Cristo para todo Palestina. Zaqueo salió esa mañana dispuesto a ver a Jesús y se subió a un árbol. Quizá comentó su plan con su mujer y le pidió consejo. Y cuando menos lo esperaba Jesús lo llama y le pide ir a su casa. Zaqueo baja deprisa y fue con Jesús a su casa. Seguramente envió un siervo para avisarle a su mujer que iba con Jesús y que llegaría muy pronto. Me imagino la situación de la esposa de Zaqueo.

¡Cómo habrá corrido esa mujer buscando el mejor mantel, limpiando todos los muebles de nuevo, tirando los cacharros viejos que no servían, barriendo dos veces el piso, acomodando los sillones y la ropa desordenada, guardando los papeles que había sobre la mesa, buscando algo mejor para preparar la comida! ¡Venía un invitado muy especial! ¡Venía Jesús!

¿Cómo prepararías tu casa si Jesús fuera de visita a almorzar? ¿Qué cosas esconderías dentro del armario? ¿Qué palabras o actitudes esconderías en el rincón de tu corazón? ¿Qué cosas dejarías de hacer y qué cosas comenzarías a hacer? ¿Qué libros o casetes dejarías a la vista y cuáles esconderías? ¿Qué tan gentil serías con tu mujer, con tu madre, con tu hermano solamente porque viene Jesús a almorzar?

El problema es que no tenemos conciencia que Jesús vive con nosotros y está todos los días, a toda hora y en cada habitación. Y la preocupación y esmero de la mujer de Zaqueo debería ser nuestra cada día. Hay muchas cosas que cambiarías si estuvieras parado frente a Jesús y te estuviera mirando. Y lo terrible es que Jesús siempre es tu invitado, siempre está presente: No hay día que no está al lado tuyo.

Cristo siempre está al lado tuyo y siempre te está mirando. El invitado de lujo, está siempre presente.

Reflexión- Que tu casa esté siempre en orden.

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