por María Lozano
Yo soy el Señor, y no hay otro. No hablé
en secreto.(Isaías 45:18-19)
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras
de vida eterna.(Juan 6:68)
Dios dice claramente que él es quien habla en la Biblia. Él es el único Dios. Dios es eterno: no tiene principio ni fin. El objetivo de nuestra existencia es vivir con él, por él y para él, del mismo modo que vivimos para aquéllos a quienes amamos. Por medio de la Biblia podemos tener una verdadera relación con Dios. En Juan 5:39 leemos: “Escudriñar las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Quién dice estas palabras es Jesús, el centro de las Escrituras. La plena revelación de Dios es para aquellos que se esfuerzan en leer la Biblia en oración y con humildad.
En el Antiguo Testamento Jesús es anunciado como el Mesías, aquel que fue escogido por Dios para salvar a su pueblo. El Nuevo Testamento nos presenta a Jesucristo, Dios hecho hombre, quien vino a la tierra para reconciliar a los hombres con Dios por medio de su sacrificio en la cruz.
¡Señor, danos el deseo de buscarte!
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