Por María Lozano
Te has puesto a pensar que hoy puede ser tu último día acá en la tierra?, ¿Te has puesto a pensar sobre que legado estás dejando a tus seres queridos? Y no es que estemos deseando la muerte, pero cada día tenemos la misma probabilidad de cualquier otra persona del planeta de seguir viviendo o no, pero más allá de eso: ¿Qué legado estamos dejando?
Entre las muchas definiciones de legado encuentro esta: “Lo que se deja o transmite a cualquier sucesor”.
En la historia podemos ver hombres de Dios que dejaron ese legado, entre ellos: Moisés dejo legado a Josué, Elías dejo legado a Eliseo, nuestro Señor Jesús dejo un legado maravilloso en sus discípulos. Ahora bien, ¿Qué legado dejaríamos este día si fuera el último día de vida que tuviéramos en esta tierra?
A veces vivimos la vida sin sentido, sin la idea de dejar un legado a nuestros seres queridos. Cómo padre de dos niños(Uziel y Valentina), quiero dejarles el mayor legado que puedo trasmitirles: el amor hacia Dios y la conciencia de que somos lo que somos solamente por Dios.
A veces pienso que cuando ya no este en esta tierra mis hijos leerán mis más de mil escritos en la web y se darán cuenta que su papá amo a Dios hasta el último día de su vida, leerán publicaciones que escribí especialmente para ellos, mensajes que les dejo los cuales en algún momento de su vida les servirán, todo ello me hace estar tranquilo que a pesar que no soy el mejor padre que existe puedo decir con convicción que estoy dejando un legado a los que amo.
Cuando pienso en dejar un legado también pienso en ser recordado como aquel hombre imperfecto que decidió buscar la perfección cada día, que tropezó cientos de veces pero que también se levanto en cada una de ellas, un hombre que a pesar de ser débil trato de ser fuerte en su debilidad, un hombre que aprendió de los errores y transmitió esos conocimientos a otros que cómo él pasarían por lo mismo.
¿Cuál es tu legado?, ¿Qué estás dejando a las personas que amas?, ¿Cómo serias recordado?
Hoy te animo a vivir cada día con la única intención de dejar un legado tal que la gente pueda decir: “Ese hombre fue un hombre de Dios” ó “Esa mujer fue una mujer de Dios”, que la gente al recordarte pueda ver en ti la imagen de Cristo reflejada, que el día que ya no estés acá en la tierra puedas ser un ejemplo a imitar para aquellos que se queden, que la gente quiera ser como tú, que la gente quiera imitarte, porque tú también imitas a Cristo.
Pablo lo dijo de esta manera: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 Corintios 11:1 (Reina-Valera 1960).
Vivamos cada día como si fuera nuestro último día, vivamos cada día con una pasión tan fuerte por Dios que nos haga tratar de agradarlo en todo lo que hagamos para que un día seamos recordados como personas que buscaron a Dios e intentaron agradarlo, pero sobre todo vivamos cada día como si fuera el último de tal forma que Dios se sienta totalmente orgullosos de lo que somos y hacemos para Él.
¿Cómo estás viviendo tu último día?
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