Por María Lozano
Lectura: Juan 19:16-30
El Señor Jesús terminó Su trabajo y el sufrimiento en la cruz del Calvario con las palabras: “Consumado es ” (Jn. 19:30). En el idioma original en el que Juan registró estas palabras, es usada tan sólo una palabra por el Señor Jesús: “tetelestai”. No son dos palabras, sino tan sólo una: Consumado...
Fue el grito de la consumación, el grito de victoria y de finalización. En tan sólo una palabra, el Salvador declaró un hecho, una verdad tan maravillosa con la que Satanás ha estado ocupado y frustrado y es una verdad que desde entonces ha tratado de esconder de las mentes de los hombres y las mujeres, ese es el significado del último grito triunfal de Jesús.
Como resultado, hay millones de almas sinceras, llenas de paz y descanso, sin embargo muchos aún, no se han dado cuenta de que la salvación es un trabajo terminado. No hay nada más que hacer. Sin embargo, estas queridas almas trabajan y realizan sacrificios, tratando de hacer cosas que les hagan sentir merecedores del favor de Dios.
Cuando imagino ese momento me veo de pie frente a aquella cruz. Sintiendo la profunda agonía y oscuridad de aquel momento, cuando aquella voz tras un rostro golpeado y ensangrentado, articuló esas maravillosas palabras de salvación: “¡Consumado es!”. En ese momento la tierra tembló, las rocas se partieron, y se abrieron los sepulcros (Mt. 27:51-52). Su obra de salvación estaba completa. ¿No estás contento de que sÍ puedes decir:? “¡Alabado sea mi Dios, este trabajado ya está terminado, por amor a mí!”
1. ¡La cruz nos recuerda que el Dios hecho hombre, murió con los brazos abiertos, por amor a ti y a mí, y que hoy está vivo y tiene preparado un lugar para ti!
2. La salvación no se puede ganar, tan sólo debe ser aceptada, hay UNO que ya pagó el precio.
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