Mentira y verdad
Tomado de: Devocional cristiano
Por María Lozano
Peto tú, ¿ Por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿ Por qué menosprecias a tu hermano?
Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. ( Romanos 14: 10)
A veces, queremos decir solo una parte de la verdad para salvaguardar nuestros intereses o escapar del sufrimiento.
Nunca olvidemos que Dios nos ve; si hemos mentido pidamos perdón a la persona a la que hemos mentido y al Señor, el Espíritu de Dios es un Espíritu de verdad, el mismo quiere guiarnos por el camino del bien y la verdad.
Por María Lozano
Peto tú, ¿ Por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿ Por qué menosprecias a tu hermano?
Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. ( Romanos 14: 10)
A veces, queremos decir solo una parte de la verdad para salvaguardar nuestros intereses o escapar del sufrimiento.
Nunca olvidemos que Dios nos ve; si hemos mentido pidamos perdón a la persona a la que hemos mentido y al Señor, el Espíritu de Dios es un Espíritu de verdad, el mismo quiere guiarnos por el camino del bien y la verdad.
Confiar en el Señor
Tomado de: Devocional cristiano
Por María Lozano
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. (Salmo 20:7)
Confiar en el Señor no es solamente decirlo, sino que es vivirlo. A veces pensamos que al estar con Dios todo saldrá bien. Pero la prueba de confianza viene cuando el mal tiempo nos golpea. Y es ahí donde el Señor quiere actuar en nuestras vidas.
En el antiguo testamento el Rey David siempre oraba por la victoria, y podemos verlo en este versículo, “Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del SEÑOR nuestro Dios confiaremos.” (Salmo 20:7). David confiaba en el Señor, el sabía identificar quien era su Dios. Y transmitía esta confianza a su gente, de que en Dios había salvación, había victoria.
Muchos de nuestros amigos y hermanos, a veces necesitan ver la confianza que tenemos en Dios para poder unirse a la batalla que tenemos adelante, o que ellos mismos tienen que enfrentar. Debemos ser ejemplos, demostrar que nuestra confianza en Dios nos da paz y victoria. Podemos sufrir, pero sabemos que al final, Dios vence por nosotros!
Estamos confiando plenamente en Dios?
Por María Lozano
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Más nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. (Salmo 20:7)
Confiar en el Señor no es solamente decirlo, sino que es vivirlo. A veces pensamos que al estar con Dios todo saldrá bien. Pero la prueba de confianza viene cuando el mal tiempo nos golpea. Y es ahí donde el Señor quiere actuar en nuestras vidas.
En el antiguo testamento el Rey David siempre oraba por la victoria, y podemos verlo en este versículo, “Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del SEÑOR nuestro Dios confiaremos.” (Salmo 20:7). David confiaba en el Señor, el sabía identificar quien era su Dios. Y transmitía esta confianza a su gente, de que en Dios había salvación, había victoria.
Muchos de nuestros amigos y hermanos, a veces necesitan ver la confianza que tenemos en Dios para poder unirse a la batalla que tenemos adelante, o que ellos mismos tienen que enfrentar. Debemos ser ejemplos, demostrar que nuestra confianza en Dios nos da paz y victoria. Podemos sufrir, pero sabemos que al final, Dios vence por nosotros!
Estamos confiando plenamente en Dios?
Dar Gracias a Dios
Tomado de: Reflexiones
Por María Lozano
Muchos creyentes tienen la costumbre de dar gracias antes de cada comida. Al hacerlo, agradecen a Dios por todo lo que les da. Además esta oración manifiesta una actitud de humildad, porque por naturaleza tenemos la tendencia a considerar que todo lo que compramos es nuestro y que no tenemos que agradecer por ello a nadie. Jesús nos dio su ejemplo. Para alimentar a una muchedumbre de más de cinco mil personas la primera vez y cuatro mil la segunda, le trajeron algunos panes y peces. Era poco, pero un milagro los multiplicó. Antes de repartir esa comida, en los dos relatos leemos que el Señor levantó los ojos al cielo y bendijo. (Mateo14:17-21 y 15:36) . Bendecir o dar gracias antes de comer debería impedir que luego nos quejemos por la comida que se nos sirve. Debemos agradecer a Dios no sólo por nuestros alimentos, sino también por todos los bienes que tenemos, por los felices momentos que pasamos en familia o reunidos ante Dios, y por la paz que reina en nuestro país, si por la gracia de Dios ese es nuestro caso. Con esta enumeración no se acaba la lista de todas las bendiciones divinas que deben suscitar el agradecimiento de nuevos corazones
Por María Lozano
Muchos creyentes tienen la costumbre de dar gracias antes de cada comida. Al hacerlo, agradecen a Dios por todo lo que les da. Además esta oración manifiesta una actitud de humildad, porque por naturaleza tenemos la tendencia a considerar que todo lo que compramos es nuestro y que no tenemos que agradecer por ello a nadie. Jesús nos dio su ejemplo. Para alimentar a una muchedumbre de más de cinco mil personas la primera vez y cuatro mil la segunda, le trajeron algunos panes y peces. Era poco, pero un milagro los multiplicó. Antes de repartir esa comida, en los dos relatos leemos que el Señor levantó los ojos al cielo y bendijo. (Mateo14:17-21 y 15:36) . Bendecir o dar gracias antes de comer debería impedir que luego nos quejemos por la comida que se nos sirve. Debemos agradecer a Dios no sólo por nuestros alimentos, sino también por todos los bienes que tenemos, por los felices momentos que pasamos en familia o reunidos ante Dios, y por la paz que reina en nuestro país, si por la gracia de Dios ese es nuestro caso. Con esta enumeración no se acaba la lista de todas las bendiciones divinas que deben suscitar el agradecimiento de nuevos corazones
El apóstol Pablo aun podía invitar a los tesalonicenses,
perseguidos a causa de su fe, a dar gracias “en todo”(5:18). Porque todo lo que
nos ocurre es permitido por Dios. Y aunque ahora no entendamos el motivo de
tales pruebas, un día lo sabremos. Cuando el Señor Jesús nos revele todo lo que
hizo por nosotros en el curso de nuestra vida en esta tierra.
La Siembra
Tomado de: El Poder de Orar
Por María Lozano
Por María Lozano
"Lanza tu pan sobre el agua; después de algún tiempo volverás a encontrarlo."
Eclesiastés 11:1
El Eterno no puede colocar nada en manos cerradas y es por eso que él nos dice: " Hecha tu pan, tíralo, suéltalo, compártelo...necesito tus manos desocupadas de lo tuyo, para poder llenarlas de lo mío con algo mucho más grande y abundante de lo que tienes hasta ahora.
El Señor te pide que des algo, no porque desea algo de ti, es porque quiere que siembres semillas en la tierra para luego levantar una cosecha. Siembra amor, cariño, cuidados, detalles, palabra, tiempo y si puedes ayudar económicamente hazlo. Siembra tu semilla por la mañana y por la tarde siémbrala también. Enfrenta el futuro sin temor, a dondequiera que vayas, haz el bien, que después de un tiempo el bien que hagas te será devuelto. Pues a su debido tiempo podrás recoger sus frutos. Amén .
Nuestra casa del cielo
Tomado de: Devocionales Cristianos
Por María Lozano
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielo.
Por María Lozano
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielo.
Jesús prometió que vendría a buscar a los creyentes, es
decir, a los que depositaron su confianza en él. La Biblia nos habla del cielo
y de los que viven en él, como si quisiese familiarizarnos con el lugar donde
vamos a entrar, si pasamos por la muerte es para ir a nuestra verdadera casa
celestial.
El camino a la victoria
Tomado de: David Wilkerson
Por María Lozano
¿Cuál es el camino a la victoria para el pueblo de Dios?
Por María Lozano
¿Cuál es el camino a la victoria para el pueblo de Dios?
En primer lugar, sumérgete en la Palabra de Dios, agárrate de tu promesa especial, llévatela al lugar secreto de oración y recuérdasela al Señor. Yo tengo promesas favoritas de la Biblia que se las hago recordar al Señor siempre que clamo a Él:
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:9-11).
Pídele al Señor cosas buenas. ¡Él está esperando para dártelas! Y pídele que tome toda tu vergüenza y que quite toda mancha de pecado. Él anhela hacer esto por ti.
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos” (Efesios 3:20-21).
Llévale esta promesa todos los días a Dios, diciendo: “Padre, tú has dicho que harás más de lo que yo te pida, así que, hoy Te estoy pidiendo que contestes mi oración con abundancia” ¡Dios se complace al ver tal fe!
En segundo lugar, confía en el Espíritu Santo, que mora en ti. Dios no tiene que enviar a un ángel para que te hable; Él ya ha puesto sus recursos dentro de ti: ¡al mismo Espíritu Santo! Reconoce Su presencia y dile: “Espíritu Santo, tú conoces la salida de este desastre y yo no. En este momento, Te doy la dirección de mi vida. Tú conoces la mente misma de Dios".
Amado, si haces esta simple confesión, experimentarás tiempos de refrigerio de parte del Señor. Aún cuanto estés a punto de darte por vencido, Él permanece fiel para librarte.
Montañas de gracia
Tomado de: Devocional Cristiano (Joyce Meyer)
Por María Lozano
Uno de los aspectos de la gracia de Dios que no logramos
entender es que aunque tenga montañas de gracia sin fin, tenemos que allegarnos
a su trono constantemente para tener seguridad en el día presente, paz en el
ayer, y confianza en el mañana. Aunque Dios siempre nos lleva a situaciones que
son más grandes que nosotros. Él sabe precisamente lo que va a hacer. Él tiene
un plan, un camino y una obra preparados para nosotros.
No importa lo que suceda, Dios sigue en control. Su gracia es poder, y es suficiente para cubri todas nuestras necesidades. Aún durante los tiempos más difíciles, los momentos de presión extraordinaria y de estrés, su poder divino y maravilloso es capaz de enfrentar todos los retos de la vida. Clame al Señor, y Él proveerá.
Dios nunca nos lleva a donde no nos puede guardar. Su gracia siempre nos es suficiente, en todas y cada una de las circunstancias de la vida.
Por María Lozano
No importa lo que suceda, Dios sigue en control. Su gracia es poder, y es suficiente para cubri todas nuestras necesidades. Aún durante los tiempos más difíciles, los momentos de presión extraordinaria y de estrés, su poder divino y maravilloso es capaz de enfrentar todos los retos de la vida. Clame al Señor, y Él proveerá.
Dios nunca nos lleva a donde no nos puede guardar. Su gracia siempre nos es suficiente, en todas y cada una de las circunstancias de la vida.
El secreto de la Paz
Tomado de: Devocional Cristiano
Por María Lozano
Por María Lozano
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Lo aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. (Filipenses 4: 8-9)
Cuando estamos en un momento difícil, lleno de dudas e incertidumbres, tendemos a perder la paz. Al perder la paz, simplemente perdemos la esperanza de salir de dicho momento.
Pero Dios nos llena de instrucciones por medio de Su Palabra. El Señor es fiel y nos ayuda en todo tiempo...
Lo aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. (Filipenses 4: 8-9)
Cuando estamos en un momento difícil, lleno de dudas e incertidumbres, tendemos a perder la paz. Al perder la paz, simplemente perdemos la esperanza de salir de dicho momento.
Pero Dios nos llena de instrucciones por medio de Su Palabra. El Señor es fiel y nos ayuda en todo tiempo...
Contentamiento
Tomado de: Celebre La sencillez (Joece Meyer)
Por María Lozano
La Biblia nos enseña a estar contentos, no importa cuáles sean nuestras circunstancias (Hebreos 13: 5). No podemos estar alterados por nada, no importa lo que esté sucediendo. En lugar de ello, debemos orar al respecto y decirle a Dios nuestra necesidad. Mientras esperamos su respuesta, debemos de estar agradecidos por todo cuanto Dios ya ha hecho por nosotros ( Filipenses 4: 6).
He aprendido que el secreto del contentamiento está en pedirle a Dios aquello que deseo, sabiendo que si es lo correcto, Él lo hará en el tiempo indicado. Y si no es lo correcto, Él hará algo mucho mejor de lo que le pedí.
Tenemos que aprender a confiar plenamente en Dios si alguna vez pensamos disfrutar una vida en paz. Tenemos que meditar sobre lo que Dios ha hecho en nuestras vidas en lugar de lo que aún estamos esperando que haga.
Dios le ama. Él es un Dios bueno que solo hace cosas buenas. Conténtese en saber que su camino es perfecto, y que trae consigo gran recompensa para aquéllos quienes creen en Él (Hebreos 10 35).
Dios obra en secreto, tras bastidores, aun cuando parece que nada va a cambiar.
Por María Lozano
La Biblia nos enseña a estar contentos, no importa cuáles sean nuestras circunstancias (Hebreos 13: 5). No podemos estar alterados por nada, no importa lo que esté sucediendo. En lugar de ello, debemos orar al respecto y decirle a Dios nuestra necesidad. Mientras esperamos su respuesta, debemos de estar agradecidos por todo cuanto Dios ya ha hecho por nosotros ( Filipenses 4: 6).
He aprendido que el secreto del contentamiento está en pedirle a Dios aquello que deseo, sabiendo que si es lo correcto, Él lo hará en el tiempo indicado. Y si no es lo correcto, Él hará algo mucho mejor de lo que le pedí.
Tenemos que aprender a confiar plenamente en Dios si alguna vez pensamos disfrutar una vida en paz. Tenemos que meditar sobre lo que Dios ha hecho en nuestras vidas en lugar de lo que aún estamos esperando que haga.
Dios le ama. Él es un Dios bueno que solo hace cosas buenas. Conténtese en saber que su camino es perfecto, y que trae consigo gran recompensa para aquéllos quienes creen en Él (Hebreos 10 35).
Dios obra en secreto, tras bastidores, aun cuando parece que nada va a cambiar.
Un golpe mortal a la duda
Tomado de: reflexiones cristianas (David Wilkerson)
Por María Lozano
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”(Santiago 1:6-7).
Por María Lozano
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”(Santiago 1:6-7).
Muchos cristianos se sientan en la casa de Dios y murmuran y se quejan, como si Dios no los oyera. Pero Dios escucha nuestras murmuraciones: acusaciones de que no se preocupa por nosotros o insinuaciones de que nos ha decepcionado.
Dios me advirtió que no diera voz a la duda perturbadora ni al temor al contarle a mi esposa, amigos o colegas. Me dijo que llevara esas dudas a él y le pidiera que sane mi incredulidad.
Israel pasó cuarenta años en confusión y había mucha murmuración, quejas, celos y amargura. ¡Qué miserable existencia llevaban los israelitas siendo que decían ser los hijos de Dios!
Debes llegar a al lugar donde aprendes a confiar en Él. Cuando hagas esto, le habrás dado un golpe mortal a toda duda, temor e incredulidad.
¿Por dónde comenzar? ¡Primero, mira directamente al espejo de la Palabra de Dios! Considera tus acciones durante los últimos treinta días: ¿Te has estado quejando? Puede que respondas: “Bueno, me he quejado un poco, pero no me he quejado en contra de Dios”. ¡Oh, sí, lo has hecho! No importa quién haya escuchado tus quejas, estaban dirigidas a Dios.
En toda la Biblia leo: “¡Confía en mí y te ayudaré a través de todo! Encomiéndame tus caminos”. ¿Qué requiere eso? Simplemente que te quedes quieto y veas la salvación del Señor. Puede que preguntes: “¿Pero, qué pasa si nada sucede?” Esa respuesta en sí revela duda y miedo.
Amado, vuélvete a Dios y dile que eliges confiar en Él y esperar su victoria. Deja que Dios te convierta en un testimonio para el mundo, una prueba de su fidelidad. Ámalo con todo tu corazón ahora mismo y entrégale todos sus problemas, toda tu fe, y toda tu confianza a Él.
No pierda el tiempo preguntándose"
Tomado de: Devocional cristiano
por María Lozano
por María Lozano
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
(Efesios 5:17)
Pero no necesitan perder el tiempo andando por ahí perplejos. Necesitan tomar sus Biblias y entender cuál sea la voluntad de Dios.ato que ha sido firmado con la sangre de Jesucristo.
Piénselo de esta manera. Su Biblia es la última voluntad y testamento de Jesucristo. Es un registro de la herencia que le pertenece a usted. Todo lo que es suyo ha sido registrado en ese Libro, y si usted es inteligente, escudriñará lo que hay en ella. No la deje sobre la mesa para que luego no tenga que clamar: “¡Oh, Dios! ¡Oh , Dios! Estoy buscando la verdad” .
Tome la Biblia y busque en ella lo que usted le pertenece. Dese cuenta de lo que necesita hacer para estar en conformidad con la voluntad de Dios.
Algunas personas no hacen eso. Al contrario, tratan de cambiar a Dios. Siguen tratando de convences a Dios de cuán pobres son. Rogarán, suplicarán y adulterarán a Dios y actuarán siempre como si tuvieran que cambiar, de algún modo, el parecer de Dios cerca de la situación. Esas personas se van a quedar esperando por mucho tiempo.
Dios nunca va a cambiar. La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su voluntad también lo es. Así que no pierda su tiempo preguntándose si está orando conforme a la voluntad de Dios. Tome el Libro y base sus oraciones en este. Entonces podrá estar seguro de que la respuesta está en camino.
Abandona tu lucha
Tomado de: David Wilkerson
Por María Lozano
"Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba” (1 Pedro 2:23).
Por María Lozano
"Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba” (1 Pedro 2:23).
Una asombrosa verdad relacionada con el sufrimiento de Cristo es que nunca se defendió contra quienes lo maltrataron. No castigó a nadie y jamás tomó represalias de ninguna forma.
¡Qué diferente de nosotros! Cuando nuestro sufrimiento se vuelve insoportable, nos defendemos, protegiendo nuestros derechos y reputación. A veces incluso amenazamos a Dios sin siquiera saber lo que estamos haciendo. Pero cuando nuestras oraciones no son respondidas o el desastre nos golpea y parece que el Señor nos ha decepcionado, nos alejamos de Él. Cuando tenemos dolor o nos sentimos solos y tristes, empezamos a decaer. Nos volvemos flojos en nuestra lectura de la Biblia y nuestra oración y nuestra fe se empiezan a adormecer y apagar.
Cada vez que dejamos de buscar al Señor de todo nuestro corazón, lo estamos amenazando. De cierta manera le estamos diciendo: “Señor, hice lo mejor que pude y tú me decepcionaste”. Él nos ama tanto y tiene infinita paciencia con nosotros aún cuando estemos dolidos. Nos espera amorosamente hasta que volvamos a su cuidado tierno.
Debemos tener cuidado de no permitir que nuestras actitudes nos alejen de Él. Si nos negamos a despertar y renovar nuestra fe y esperanza en Él, podemos desilusionarnos tanto que cedamos a nuestras concupiscencias y pasiones. Decimos: “¿De qué sirve? Lo intento con tanta fuerza pero parece que no puedo permanecer en victoria. Clamo a Dios por ayuda y liberación, pero nunca sucede nada”.
Cuando nos permitimos hacer esto, estamos amenazando a Dios. Es nuestra manera de “desquitarnos” con Él por no contestar la oración en nuestro tiempo.
Sólo el Señor es nuestro guardador y no permitirá que sus hijos caigan. Hagamos lo que Cristo hizo cuando “encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:23). Encomendar significa poner tu vida completamente en Sus manos.
¡Amados, hay esperanza! ¡Abandona tu lucha de querer lograr algo en tu propia fuerza y encomienda el cuidado de tu cuerpo y alma al Señor de los ejércitos!
Tu tranquila confianza
Tomado de: David Wilkerson (Januar,27,2017)
Por María Lozano
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”(Jeremías 17:7-8).
Por María Lozano
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”(Jeremías 17:7-8).
Vemos en el versículo ocho que el que confía en Dios durante tiempos difíciles está “plantado”. Está profundamente arraigado, es estable y fructífero y siempre reverdece con vida fresca. Cuando las cosas en su vida se vuelven áridas y problemáticas, no tendrá miedo.
Esta persona dice: “Jesús, renuncio a mirar a alguna persona para salir de esta prueba. ¡Me vuelvo hacia ti solamente! Tú eres mi único guardador, mi única esperanza y vuelvo mi mirada a ti para mantenerme fuerte y sacarme en victoria”.
El Señor desea este tipo de fe de nosotros en nuestra vida cotidiana. Puedes decir: “Pero, hermano David, todavía estoy sin trabajo y las cosas están muy difíciles”. Sin embargo, tengo que creer lo que leemos en la Palabra de Dios: “Confía en mí y serás bendecido”.
Puede que respondas: “Pero no sé lo que voy a hacer. La tormenta sopla fuerte a mi alrededor y parece que no hay esperanza. No veo ninguna señal de ayuda o liberación”. Y en todo esto Dios todavía dice: “Confía en mi, hijo mio, y serás bendecido”.
Tu prueba puede ser con tu familia, tu negocio o tu provisión. Pero si continúas confiando totalmente en su palabra y su fidelidad, Dios promete bendecirte. ¡Y Él no puede mentir!
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