Por María Lozano
“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”(Jeremías 17:7-8).
Vemos en el versículo ocho que el que confía en Dios durante tiempos difíciles está “plantado”. Está profundamente arraigado, es estable y fructífero y siempre reverdece con vida fresca. Cuando las cosas en su vida se vuelven áridas y problemáticas, no tendrá miedo.
Esta persona dice: “Jesús, renuncio a mirar a alguna persona para salir de esta prueba. ¡Me vuelvo hacia ti solamente! Tú eres mi único guardador, mi única esperanza y vuelvo mi mirada a ti para mantenerme fuerte y sacarme en victoria”.
El Señor desea este tipo de fe de nosotros en nuestra vida cotidiana. Puedes decir: “Pero, hermano David, todavía estoy sin trabajo y las cosas están muy difíciles”. Sin embargo, tengo que creer lo que leemos en la Palabra de Dios: “Confía en mí y serás bendecido”.
Puede que respondas: “Pero no sé lo que voy a hacer. La tormenta sopla fuerte a mi alrededor y parece que no hay esperanza. No veo ninguna señal de ayuda o liberación”. Y en todo esto Dios todavía dice: “Confía en mi, hijo mio, y serás bendecido”.
Tu prueba puede ser con tu familia, tu negocio o tu provisión. Pero si continúas confiando totalmente en su palabra y su fidelidad, Dios promete bendecirte. ¡Y Él no puede mentir!
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