Por María Lozano
Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. (Salmos 19:1)
Dios no se esconde de nadie. Él se revela a toda la humanidad (ver Romanos 1:19, 20). Él habla a todos a través de Su obra, y la naturaleza misma testifica de Su poder y planes.
Mira a tu alrededor y presta atención al mundo que Dios ha creado. Lo principal que nos dice a través de la naturaleza es que Él realmente existe. El intenta llegar a nosotros todos los días y deja pistas sobre Sí mismo en todas partes, pistas que dicen: «Estoy aquí! No tienes que preocuparte ni tener miedo. Estoy aquí.» Todas las mañanas sale el sol y todas las noches el sol se pone. Las estrellas salen a brillar contra el cielo nocturno y el universo. permanece en orden como un recordatorio de que Dios nos está cuidando.,,
Cuando vemos cómo algunos árboles se ven totalmente muertos durante el invierno y vuelven a la vida cada primavera, se nos recuerda que Dios hará nuestras vidas florecer, incluso si nos sentimos sin vida o sin esperanza por nuestras circunstancias.
Yo disfruto simplemente mirar un árbol y verlo moverse cuando sopla el viento. He notado que las hojas muertas a veces se aferran a las ramas por un tiempo y luego viene una gran ráfaga de viento y las sopla, haciendo espacio a nuevos brotes para crecer y prosperar. Esto me recuerda que el viento del Espíritu de Dios es fiel para soplar todo lo que ya no necesitemos en nuestras vidas y que Él protegerá todo lo que necesite permanecer. Él traerá nueva vida, crecimiento y momentos refrescantes. Recuerda estos ejemplos de cómo Dios habla a través de la naturaleza y busca Sus pistas ¡donde quiera que vayas hoy!
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